Descubriendo a Lucía (17)

Nervios y dudas ante unos sentimientos que a Lucía le cuesta asimilar. Llega el momento de la verdad.

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Pasé el día con nerviosismo y ansiedad ante la visita de Antonio. Mi estado era absolutamente irracional, me sentía como una adolescente ante su primera cita. ¿Acaso era eso lo que estaba esperando?, ¿una cita?. Solo pensar en él hacía que me ruborizase, y no podía más que pensar en él. En ninguna de mis dos vidas había sentido algo tan intenso, y no era capaz de explicármelo a mí misma.

Traté de controlar mi estado con una larga sesión en mi gimnasio y un posterior baño en el jacuzzi....

Descubriendo a Lucía (16)

Un viaje de trabajo le permitirá a Lucía distanciarse un tiempo, pero el destino acecha

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Aunque llevaba una vida personal rica y variada, infinitamente más rica y variada de lo que había sido la de la Lucía original, el trabajo ocupaba una gran parte de mi tiempo. Sé que podría dar una impresión equivocada, por sólo relatar mis recuerdos más extraños o más gratificantes pero, en realidad, la mayor parte de mi nueva vida la pasaba inmersa en el trabajo, con agotadoras jornadas desde las ocho de la mañana que fácilmente se prolongaban hasta las ocho de la tarde, con apenas una hora p...

Descubriendo a Lucía (15)

La vida continúa y Lucía se siente cómoda y feliz con ella, lo cual redunda en la felicidad de quienes le rodean. Su amiga está agradecida, y quiere devolverle el favor.

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Durante unos días no volví a tener ningún contacto con Alicia o Pedro. Después de su encuentro, ambos me dieron las gracias por haberles preparado aquella aventura y se marcharon precipitadamente de mi casa, tenían mucho que asimilar y hablar.

El perder contacto con Pedro era una decisión que yo misma había tomado para mi futuro. Por todas las circunstancias que rodeaban nuestra amistad, y puesto que ya no me necesitaba como profesora, era mejor que cada uno siguiese su camino y yo sólo...

Descubriendo a Lucía (14)

Lucía ha sido buena profesora y se siente satisfecha por ello. Su alumno se merece un premio por haber sido tan aplicado.

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Aquella mañana de mediados de Septiembre estaba trabajando, enfrascada en administrar la ingente cantidad de emails que a diario recibía, cuando en mi móvil recibí un entusiasta mensaje de Pedro, al que llevaba casi dos semanas sin ver tras concluir las clases particulares que le había dado antes de sus exámenes.

- Lucía. ¡¡¡He aprobado las dos asignaturas!!!. Gracias, ¡¡¡sin ti no lo habría conseguido!!!

  • ¡ Enhorabuena!

–le contesté-.

*Te lo mereces. Aunque te c...

Descubriendo a Lucía (13)

“Cómo me gustaba esa salvaje pasión y que me castigaran de aquella forma. Sergio me daba un placer extremo, haciéndome sentir que ardía por dentro …”

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  • No puedes dejarla así –le susurró Raquel a Sergio como si yo no pudiera oírles-,

¿no te gustaría follártela?.

  • Tiene más que un polvazo –contestó él-, me encantaría, nena, pero… ¿A ti no te importa?.

  • Pues claro que no, ¡tonto!. Si yo tuviera polla también querría metérsela… Anda,

fóllala bien follada, que se lo merece.

Se besaron con pasión, y Sergio volvió a girarse hacia mí.

  • ¿Tú quieres que te folle? – me preguntó.

Asentí con la cabez...

Descubriendo a Lucía (12)

Lucía empieza a tener verdadera vida social, le da clases a Pedro y, por fin, su amiga Raquel vuelve a la ciudad para presentarle a su novio.

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Mi vida social estaba empezando a ser mucho más intensa de lo que la antigua Lucía jamás habría imaginado. Trabajaba tanto como había trabajado ella, pero en poco tiempo había conseguido cultivar más amistades que las que sus recuerdos me mostraban que ella había tenido en años.

Omitiéndolo para siempre como si nunca hubiera pasado, el incidente con mi cuñado y mi hermana había quedado como un excitante y extraño episodio en mis recuerdos. Hablaba a diario por teléfono con ella, y María...

Descubriendo a Lucía (11)

Su antigua vida y la nueva vuelven a cruzarse, pero Lucía es una persona distinta, y esto le brindará la oportunidad de comenzar una inesperada amistad con quien nunca habría imaginado.

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Comencé la nueva semana experimentando un pequeño inconveniente de ser mujer: el periodo. Aunque me resultó incómodo, por fortuna no fue traumático para mí como hubiera podido ser la primera menstruación de una adolescente. Ya tenía la experiencia de la Lucía original en este tema, y el que tomase la píldora anticonceptiva lo hizo todo mucho más fácil porque, incomodidades aparte, supe exactamente cuándo me iba a llegar, y apenas tuve molestias como las que los recuerdos de Lucía me mostraban d...

Descubriendo a Lucía (10)

Tras tantos excesos, conviene relajarse. Tal vez, un poco de vida familiar ayude, o no

10

Al día siguiente de mi aventura en casa de Pedro, desperté sintiendo en mis propias carnes los efectos de los excesos de la noche anterior. A parte de un poco de resaca alcohólica, tenía los pechos más sensibles de lo normal,

sentía algo doloridas las ingles por haber pasado demasiado tiempo abierta de piernas, y mi coñito también estaba hipersensible, sin llegar al dolor, pero resentido tras el delicioso homenaje que se había dado alternando entre tres jóvenes pollas.

Lo que sí e...

Descubriendo a Lucía (9)

La noche de excesos continúa: “Aunque sólo fuera por lo experimentado esta noche, merece la pena ser Lucía”.

9

Me senté sobre la cama y acomodé mi melena echándola hacia atrás, pasándome por ella los dedos mientras mis tres mosqueteros me observaban expectantes. Me sentía profundamente bien, relajada, completa y satisfecha, aunque me moría de sed por tanto gemido y jadeo.

  • ¿Quién me prepara una copa? – les dije. Me habéis dejado seca.

Luis se ofreció al instante, y salió hacia la cocina para coger hielos y preparar un combinado con la bebida que había quedado en el salón.

  • Ufff...

Descubriendo a Lucía (8)

“Aquellas tres bocas comiéndome como un manjar de dioses me estaban transportando hacia el nirvana…”

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  • Desnudaos – les ordené.

Después de cuanto acababa de ocurrir, los chicos habían perdido cualquier rastro de vergüenza o timidez. Pedro y Luis se deshicieron de sus prendas, y el primero nos guio a ambos al dormitorio de su madre. Los dos entraron, pero yo me quedé a la puerta al ver que Carlos no nos seguía.

  • ¿Tú no vienes? – le pregunté-. Cuento contigo – le dije utilizando un tono meloso que ni yo misma sabía que podía tener.

Sabía que con Luis y Pedro ya tendría suf...