Paredes de papel (2)

Una mujer madura descubre la intensa vida sexual de su joven vecino a través de unas paredes mal insonorizadas. Ese descubrimiento despertará en ella reprimidos deseos que le llevarán a ser la coprotagonista de esa placentera vida.

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Habían pasado unos días, y Agustín había vuelto a casa tras su último viaje al extranjero. Ni que decir tiene que, tras varios días de ausencia, y aquella experiencia nocturna que me incendió, fue agradecido beneficiario de mi estado de especial excitación. Follamos casi todos los días, recordándole a sus cincuenta y cinco años, que estaba casado con una mujer trece años más joven que él, y que como el buen vino, había madurado para encontrarme, para todo aquel que me conocía, en el punto álgido de...

Paredes de papel (1)

Una mujer madura descubre la intensa vida sexual de su joven vecino a través de unas paredes mal insonorizadas. Ese descubrimiento despertará en ella reprimidos deseos que le llevarán a ser la coprotagonista de esa placentera vida.

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Aquella noche de varios meses atrás, abrí los ojos y, en la oscuridad, tanteé a mi lado comprobando que Agustín, mi marido, no estaba conmigo. Somnolienta y recordando que se encontraba en uno de sus viajes de trabajo, miré el luminiscente reloj de la mesilla. Eran las dos y media de la madrugada, y en ese momento, volví a escuchar los ruidos que me habían sacado de mi sueño. Parecían proceder del portal.

«¡Uf!, ¿no estará nadie intentando entrar en casa?», dije para mis adentros.

A mis...

Juegos prohibidos bajo la mesa de reuniones

Cuando la razón cede al deseo.

Hoy tenemos reunión de departamento, hacía mucho que no teníamos una.

El jefe de todos habla sin descanso, solo interrumpiéndose para escuchar la respuesta a las preguntas que formula a algunos de los asistentes.

Sin embargo, mi atención está algo distraída, pues a mi izquierda se ha sentado Natalia, la atractiva  jefa de proyectos que inspira mis momentos de autosatisfacción.

No puedo evitar lanzar repetidas miradas a mi lado para deleitarme con la perfección de su perfil, el color de sus...

Entre tres desaparece el estrés

Aquella era la sugerencia que todo marido desearía oír salir de los labios de una esposa que tuviera una amiga que estaba tan tremendamente buena.

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Cuando mi mujer invitó a su antigua compañera de piso durante la universidad a pasar el fin de semana en nuestra casa, pensé: «Buf…  fin de semana de chicas... ¡Menudo coñazo!, ¡ya puedo pegarme un tiro!». Y es que, la amiga de mi esposa, hacía apenas un mes que había roto su relación de tres años con su pareja, y en palabras de mi mujer: “Necesita charlar con una amiga y salir, aunque sea un par de días, de su entorno habitual. Lo está llevando muy mal…”

«Y encima viene con “la depre”,...

Descubriendo a Lucía (Relato Completo)

En un viaje con su jefa, la vida de Antonio da un inesperado y radical giro. Experimentará los más sublimes placeres descubriendo a Lucía.

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Aquella lluviosa noche de principios de verano, volvía de un duro viaje de trabajo en el que las negociaciones con el cliente no habían sido todo lo productivas que se esperaba, pues mi jefa (aunque no era mi jefa directa, pues estaba cuatro peldaños por encima de mí en el organigrama de la empresa), mi divina y diabólica jefa, las había “saboteado” poniendo trabas a muchos puntos propuestos por el cliente y, que, en mi opinión, se podrían haber solventado con beneficios para los intereses de nu...

La peluquera

Una fogosa veinteañera me hace caer en la tentación. No hay mejor compañera para “echar una canita al aire” que una peluquera.

Aquella tarde había sido una auténtica pesadilla: de compras, acompañando a mi mujer, haciéndole las veces de perchero mientras pasaba las prendas de los colgadores, ojeando una por una, hasta sacar la que le llamaba la atención para endosármela y que se la sujetase mientras volvía a la incansable búsqueda del vestido, blusa o falda perfectos. Y después, la aburrida espera a la puerta del cambiador mientras ella se iba probando los trapitos elegidos, saliendo tras cada quita y pon para solicitar mi opinión....

La Presa

Con la presa bien ensartada en su arma, disfrutando de las poderosas y exquisitas contracciones de un coño estrecho y ansioso, Markus la agarró de su redondeado culo...

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La noche era oscura y fría, una noche invernal que cubría con un manto blanco las calles de Oslo, convirtiendo el exterior en un lugar inhóspito cuya vida se ceñía a los inevitables desplazamientos entre los confortables y cálidos interiores de los edificios de la antigua ciudad vikinga.

Markus, como se hacía llamar en aquellas latitudes, había acudido a un congreso médico que se celebraba en un antiguo y lujoso hotel de la ciudad. Le gustaba todo lo que tuviera regusto antiguo, de época...

Sonia, mi jefa deseada

Mi jefa es una atractiva madurita, con la que descubro el morbo de mezclar trabajo y placer, cuando la tensión sexual entre ambos se hace insostenible.

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Llevo tres años en mi trabajo actual, un trabajo de oficina, en el que paso ocho horas diarias con mi culo pegado a una silla y las retinas abrasándoseme con las radiaciones del monitor del ordenador. Mi trabajo es bastante monótono, elaborando informe tras informe, realizando interminables y, muchas veces, infructuosas búsquedas en el vasto mundo de internet. Sí, no suena nada atractivo, incluso puede ser desalentador, pero, al menos, no estoy en paro y gano un sueldo bastante decente.

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Mi cuñada, mi alumna, mi amante (relato completo)

Carlos es feliz con su recién estrenado matrimonio, pero su cuñada es una fuerza de la naturaleza que le seducirá y le hará descubrir las excelencias de la infidelidad.

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Voy a relatar una historia que hace apenas un mes que ha ocurrido. En primer lugar me gustaría describirme brevemente:

Mi nombre es Carlos, tengo 32 años, estoy casado desde hace 2 meses y soy profesor universitario. Mido 1,85, soy de complexión atlética, con los músculos bien definidos, aunque no hiperdesarrollados, mi pelo es de color castaño tirando a rubio y mis ojos de color marrón claro.

Como ya he mencionado, hace un par de meses que me casé, con mi novia de toda la vida,...

Descubriendo a Lucía (18)

Capítulo final.

18

Lucía despertó de su sueño y me miró con sus preciosos ojos azules con la misma incredulidad con la que yo la miraba a ella.

  • ¿Qué ha pasado? –preguntó sorprendiéndose al escuchar su voz.

  • No tengo ni idea –contesté confuso y agobiado-, acabo de despertarme y me he encontrado con esto…

  • ¡Vaya!. Se acabó esta locura… se acabó la magia…

Noté decepción y tristeza en su voz.

  • Se acabó la magia… -repetí con la misma tristeza.

Ambos habíamos asumido...