Un coqueto calzoncito

No me quedó de otra y me incliné dejando ver mi calzoncito al amigo de mi prima que no había despegado la vista de mi desde que salimos del coche, y ahora yo le estaba enseñando una parte de mi que no le enseñaba a cualquiera...

Hola a todos los lectores, este es mi primer relato como autora, espero que les guste.

Mi nombre es Nicole, tengo 21 años y a opinión de muchos chicos soy una mujer muy simpática, mido apenas metro y medio y peso cuarenta kilos, todo en mi es pequeño pero bien proporcionado, con unos pechos pequeños y firmes y un buen trasero antojable y muy pelliscable , mi cara hace que parezca mucho más chica de lo que soy, ya que tengo unos ojos grandes de  color caramelo que muestran dulzura en su interior, y mi...

La vecinita de las bragas blancas

Terminar de follar corriendo porque sé que él me espera en su balcón... Y yo, como cada noche, saldré a mi terraza. ¿Me atreveré esta vez a algo más?

Sé que me miras… Cada noche de cada puto día… Ahí sales, a vigilarme.

¡Cómo me gusta!

Peinarme a estas horas tan inadecuadas para ti… elegir ropa casual… mis braguitas de algodón y una camiseta de licra… Ropa blanca que se distingue mejor en la oscuridad.

Mi terraza en el ático de mi edificio, más debajo de la terraza de tu piso. Me miras desde un piso de diferencia, unos cuantos metros desde nuestros edificios… Pero te siento como si tu aliento rozara mi cuello, como si tus manos abrazara...

Una playa diferente.

La visita de una jovencita a una playa nudista muy morbosa.

Queridos lectores, os relato a continuación una situación que vivi hace tiempo, cuando contaba con 21 años en una playa nudista cerca de donde vivo.

Era un sabado cualquiera, yo me encontraba en casa de mis padres entretenida por la televisión cuando me sono el movil. Era mi novio, se llama Julio y llebamos casi un año saliendo juntos…

Me llamo para decirme que este sabado me iva a dar una sorpresa, que hariamos una cosa nueva y distinta… que me preparase para ir a la playa, que me recogeria con...

Sofía crece (2). La mujer del parque.

Tras su encuentro con el hombre del parque, Sofía está dispuesta a darle todo a su chico, Jaime.

Sofia crece (2)

Sofía esperaba en la parada del autobús a Jaime con ansiedad. Había pasado una semana desde su encuentro con el hombre del parque y estaba pletórica, llena de una sexualidad y una vitalidad exultante. Una vez que había disipado sus temores y complejos sobre el físico de su sexo estaba decidida a entregarse en su totalidad a Jaime, el amor de su vida. Sus dedos habían estado toda la semana explorando y descubriendo todo un mundo nuevo de sensaciones, contemplándose frente al e...

Miradas: la corriente de aire

Sus pezones recibieron la caricia y respondieron elevándose de nuevo frente los impedimentos de la vestimenta.

Bajó la mirada, azorada, y con un movimiento estudiado y firme cerró los brazos sobre sus pechos para ocultar la excitación que demostraban sus pezones. Yo pensé que había sido una ligera corriente de aire fresco la que se había aliado conmigo para endurecer su pezón hasta el extremo de asomarse desafiante, moldeando la tela de su sujetador y su camisa azul. Respeté su pudor y desvié mi atención, pero un desasosiego turgente me impelía a dirigir de nuevo la mirada hacia esos pezones. Una lucha interior entr...

Marta (07: Locura en el parque)

Un vestido, un viejo amigo y nuestras ganas de sexo nos regalaron una gran noche de desenfreno...

Aún no podía creerme lo que estaba sucediendo, a pesar de llevar una vida sexual plena y satisfactoria, jamás me había sentido tan sumamente excitada como en aquel momento.

Pedro seguía penetrándome a un ritmo endiablado, de espaldas a él yo no dejaba de gemir de gozo y ya había disfrutado de un genial orgasmo cuando, minutos antes, acompañó su deliciosa penetración con un certero repaso a mi clítoris con una de sus manos. Había sido increíble y llegué a pensar que sería el final, que él eyacularía en...

Dia de fiesta

La osadía de la juventud es inmensa. quedé gratamente sorprendida..........

Aprovechando el último de la fiesta del pueblo, acompañé a mis dos hijos a una velada musical con el propósito de que así estarian de vuelta a casa y siempre bajo mi control. Aunque debo reconocer que mi propósito íntimo es dar rienda suelta una vez más a mis inclinaciones de exibicionismo que muy frecuentemente despiertan en mi. Para entrar en situación y no repetirme, deben leer algunos de mis relatos de ésta misma categoría como Los amigos de mis hijos, Dia de playa, etc.

Como bien decía, ya lo hab...

Tarde de compras 2

Nada es lo que parece ...

Uuuuummm

La mente a veces te juega malas pasadas, y ver a Claudia en el probador en esa postura habia disparado mis instintos mas bajos. Era una clienta que venia con bastante frecuencia, y siempre dejaba entrever algo de su cuerpo; por lo que no conseguía dominar mi calenturienta imaginación.

En su última visita , millones de imágenes me asaltaron ..pero no siempre era asi de duro lo que mi mente diseñaba ..unas veces era algo mas sexy ..otras mas salvaje ....aquella tarde mis instintos más per...

Anita al natural 3

Jorge sigue disfrutando de las vacaciones en el pueblo y poco a poco va cogiendo confianza con sus amigos, sobre todo con Anita que le tiene loco con su facilidad para desnudarse.

ANITA AL NATURAL  III

En dos días había vivido las emociones más intensas de mi vida y Anita era quien me las había proporcionado. Quizás el resultado no fuese como para presumir, me estaba matando a pajas pensando en ella, pero era la única manera de aliviar la excitación. Después del día de playa, antes de dormir tuve que volver a masturbarme. En cuanto recordaba su cuerpo desnudo sobre la arena, su piel mojada por el agua del mar, el movimiento de sus tetas o el brillo de su húmeda rajita, mi pene...

Miradas: la librería

La campanilla me alertó a mí de la entrada de un hermoso cuerpo, cubierto por una camisa larga, azul vaquero, ligera. El contraluz delataba la ligereza del tejido y enseñaba el triángulo que su pubis formaba con sus muslos.

El sol se encaminaba ya hacia la línea del horizonte, pero, a esa hora, aún se colaba la luz con intensidad por las cristaleras donde se exponían libros, material escolares y algún que otro objeto de reclamo infantil. El interior de la librería, junto al mostrador, estaba inmerso en una suave penumbra, sólo la luz natural que llegaba del exterior rompía una sensación de cierta calma. La zona más cercana a la calle recogía esa luz solar matizada por el leve tamiz tintado de las cristaleras.

Entró con...