Juego a tres deseado
Sin duda ahora sabía lo que quería decir Mario cuando hablaba de la suerte de tener una mujer como la mía.
Esa mañana de camino hacia el trabajo me crucé con Mario, es un vecino con el que mantengo una amistad un poco intima, nos saludamos como de costumbre, y me preguntó si tenía pensado ver el partido de futbol que darían esa noche por televisión en el canal de pago. Mi respuesta fue que sí, que tenía pensado verlo en casa y que si le apetecía que viniera a verlo junto con su mujer, así mientras ellas charlaban de sus cosas, nosotros podríamos verlo y de paso tomarnos algo juntos los cuatro. Me dijo que se e...