Natasha Romanoff 2: En el país de las maravillas
Tras un viernes maravilloso, el fin de semana de mis sueños continuaba...
El sábado no comenzó tan triste como el viernes. Aunque seguía siendo invierno y el día estaba gris y lluvioso, me desperté feliz, abrazada por Pablo, que aún dormía. Pensé en todo lo que había vivido la noche anterior y no pude evitar sonreír. Me quedé un rato en la cama, recordándolo todo. Pablo se despertó al cabo de un rato, le miré sonriendo.
- Buenos días, princesa. - Y me dio un apasionado beso de buenos días.
Pasamos un buen rato en la cama. Sin hablar. Pablo acariciaba mi cara y me daba...