El vecino silencioso (2)
Me sigue cogiendo.
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El día siguiente,siempre hay un día siguiente. Muchas veces, lamentablemente. Abro los ojos y veo el techo impecable, la cama tibia y revuelta. Siento ardor entre las piernas, ardor en el corazón por la debilidad. Tal vez la vergüenza. Quisiera que no hubiera pasado. No sé quién es, ni siquiera cómo se llama. No me cabe ni justificarme pensando que me sedujo. No le hizo falta. Simplemente me doblegó. Dobló mi voluntad generándome un deseo irreprimible. Me cogió. Creo que hasta me sentiría mejo...