Extrayendo líquidos de aquella vieja manguera.
Tome justa venganza la dulce violación de aquel viejo puritano, aunque siéndoles sincera disfrute yo también mucho con aquella doble mamada.
Nos habíamos quedado solos mi marido y yo en casa después de las jugosas visitas que tuvimos y ahora estaba dispuesta a dar justa venganza a ese viejo vecino que en el ascensor días atrás me había forzado con el consentimiento de mi marido y un poco del mío, pues el morbo y su rabo hicieron el resto para doblegarme.
Prepare de la manera más concienzuda y rebuscada la forma de hacerle pasar un rato apurado y que sufriera un poco pero también dándole lo que más le gustaba y para ellos conté con la...