La vida dura de profesor.
Ser profesor en la universidad es muy duro, a veces tengo que revisar exámenes y aguantar a niñas muy insistentes...
—Un 4,8 es un suspenso y punto— Dije con mi paciencia al límite.
—Pero… Es un 0,2, eso no es nada por favor— Me seguía rogando Marta al otro lado de la mesa con el examen en la mano.
—He dicho suspendo y punto. Yo estoy aquí para formar ingenieros de verdad, no para regalar títulos. ¿Tú te crees que a mí me han regalado mi puesto? No, me lo curre toda mi vida y nunca vine a llorar a nadie porque me había estado tocando los huevos durante el cuatrimestre—
—Eres un puto amargado de la vida—...