Maria. Una rara historia de azotes(2)

La madura vecina disfruta, y hace disfrutar.

Justo una semana después de la azotaina que le dió Rosario a su hija en presencia de María, ésta no paraba de darle vueltas al asunto, se masturbaba como una loca pensando en ello, hasta que por fín decidió ir a casa de su amiga, sabía que su madre no estaría, y le apetecía mucho hablar con ella sobre el tema.

Se armó de valor y se encanminó a casa de su amiga y compañera de clase, en los diás posteriores a la paliza que tanto la había excitado no se atrevió a hablar con ella en clase, y ahora tampoco s...

Un jubilado, dos francesas y un Citroën 2 CV (5)

La fama de buen cocinero se extendía y tuve que corresponder, las francesas me demostraron su afecto y me emocionaron con su cariño, ya estaba contento con el giro que dio mi vida cuando todo cambió de repente.

El pito de un coche se oyó claramente al pasar por mi puerta, no se detuvo pero no me preocupé pues ya lo sabía distinguir, era la furgoneta de la pescadera.

Me dio tiempo a arreglarme un poco y salir a la calle, acababa de ducharme y me perfumé después de afeitarme con una loción para el afeitado, al llegar a la plaza y rodeando la furgoneta habían varias mujeres parloteando animadamente, al llegar yo se hizo el silencio, pedí la vez en la cola y me senté en un banco un poco alejado de ellas, al mome...

La madura farmacéutica que me volvió loco

Me follé a su hija y también a la puta de su madre que follaba mejor que la hija

La continuidad de mi relato ¨Mis esperas merecieron la pena y mucho más¨ es el que quería contar y el que les voy a contar a continuación.

Para quien no haya leído mi relato y experiencia anterior lo pongo en antecedentes.

Una chica que llevo a la peluquería de mi novia para modelo de peinados y traigo hasta que me la follé.

Una de las tardes que la recogí para llevarla a la peluquería deseando a la vuelta follarla llegamos a nuestra ciudad y me dice.

--¿Me harías el favor de llevarm...

Basilia

Basilia abrió un botón de la blusa y vi el principio de su canalillo. Me estaba seduciendo. Mi polla se empezó a poner dura.

Basilia, apodada "La carnicera", tenia 44 años y estaba soltera, era morena, muy alta para los años setenta, entrada en carnes, con buenas tetas, buen culo, con nariz aguileña y labios finos, que en su vida los pintara... Era una mujer que no hacía volver la vista a los hombres, pero tampoco hacía nada para que la volvieran. Ni se preparaba ni gastaba un duro en ropa. Basilia, criaba, mataba y vendía la mejor ternera, el mejor cabrito, el mejor cordero, lo mejor del cerdo, vendía de todo, pero ya se sabe qu...

Un jubilado, dos francesas y un Citroën 2 CV (4)

Me di cuenta de que el trato con las francesas me beneficiaba por varios motivos y se lo dije, ellas lo comprendieron y lo celebraron, en el pueblo la gente también me trataba de otra manera.

Margot cogió el bañador de su hija, sus bragas del bikini y mi bañador mojado, los tendió sobre una mata de juncos y sin dar mayor importancia dijo…

  • Vale chicos, preparad la mesa de camping y los cubiertos que la comida va a estar pronto hecha.

Aline y yo comenzamos a preparar todo mientras su madre hacía una ensalada de hélices de pasta con tomate, pepino etc.  Puse tres piedras planas haciendo triángulo alrededor de la mesa y cuando estuvo todo preparado vino Margot con un bol y repartió l...

Recibí un e-mail en el trabajo!!Y pasó lo que pasó

Una lectora de relatos míos, se pone en contacto conmigo.

Recibí un e-mail en el trabajo!! Y pasó lo que pasó!!

Hola después de escribir varios relatos en esta página, me sucedió algo que hasta ahora no me había pasado, ya que había intercambiado correos con algunas mujeres, pero nunca había llegado a quedar con ninguna de ellas, ya que tampoco es el propósito por el cual escribo en esta página, ya que lo hago por el hecho de que me gusta escribir.

Pues era un viernes de Marzo en Valencia, hace pocos días y me encontraba en el trabajo intentando a...

Un jubilado, dos francesas y un Citroën 2 CV (3)

Poco a poco fui estrechando lazos con las dos mujeres pero, lo más importante fue que la madre y la hija me devolvieron la confianza y fui yo otra vez.

Durante el camino de regreso sentí la sensación como si fuera la primera vez que pasara por aquel paraje, mi mente no acababa de asimilar lo que pasó bajo la luz de la luna, si fuera más joven podría pensar que fue por el influjo lunar o que fue un juego inocente, qué sé yo, pero la verdad es que no encontré justificación a lo que pasó, incluso llegué a pensar que fue un sueño o que fue una serie de situaciones que por un azar del destino había llegado a éste resultado.

Lo mismo pensaba una cosa que o...

Mi madura vecina y su inesperada hermana 2 parte

Como termine al final follando con mi vecina y su hermana

Mi vecina madura y su hermana

Como iba contando ya tenía más de la mitad de mi poya metida por su culo cuando se abrió la puerta de casa y su hermana empezó a llamarla .

Loli loli estas en casa

Yo rapidamente le tape la boca con el trapo a mi vecina y me fui a la habitación de enfrente a esperar a que llegase su hermana , tengo que decir que la hermana de mi vecina es más gruesa que ella , con un gran culo y unas enormes tetas .

Por las pisadas escuchaba que se acercaba cada vez más...

Mi madura vecina y su inesperada hermana 1 parte

Como después de espiar a mi madura vecina , consigo follármela y cuando viene lo mejor, se presenta su hermana

Me presento, soy José tengo 40 años y vivo en un pueblo de Epaña , estoy casado y tengo dos niños y una niña y empiezo a contarles mi historia .

Cuando me case me fui a vivir al piso de mis suegros , un pisito coqueto con 3 habitaciones un salón , dos cuartos de baño y una amplia cocina . Desde la ventana de la cocina podía ver la persiana de la habitación de mi vecina debo decir que en el edificio consta de 4 pisos y 2 por rellano , mis vecinas de abajo son ya mayores y viudas , yo ni siquiera conocí...

El hijo de la vecina

Demasiado tentador. Demasiado cerca.

El hijo de la vecina

Aquella noche me desperté sobresaltada y tanteé a mi lado en total oscuridad. Alfonso, mi marido, no estaba, se encontraba en uno de sus viajes de trabajo. De pronto escuché con estupor ruidos al fondo del pasillo. Miré el reloj de la mesilla, eran casi las dos y media de la madrugada.

— ¿Estarán intentando entrar? —pensé preocupada.

A mis cuarenta y dos años había tenido que acostumbrarme a la soledad, pero eso no evitaba el miedo, el miedo a que quisieran robar en ca...