Mi prima... borrachita
Durante la celebración de una boda una de mis primas bebe más de la cuenta y tengo que llevarla a su casa sana y salva, previo paso por mi apartamento-picadero para que se recuperara y demás...
En el convite de la boda de mi hermana Isabel, hace ahora siete años, me tocó sentarme en la misma mesa que nuestros primos y primas y, la verdad, lo pasamos de guinda recordando anécdotas y travesuras de la infancia, aunque también bebimos alcohol hasta por las orejas. La que peor aguantó los copetines fue Marisa, una prima casada, de treinta y cuatro años, la mayor del grupo, que había venido a la boda sin su marido «en viaje de negocios».
Brindis va brindis viene, la mencionada primita se agarró un...