Alba (3)
Tras ser flagelada Alba es conducida al pretor que decide que sea crucificada inmediatamente.
Capítulo Tercero. Las agujas.
Dos hombres soltaron a Alba de los tobillos y brutalmente le obligaron a darse la vuelta, retorciendo las cadenas que sujetaban sus brazos en alto. Hecho esto, volvieron a atar los heridos tobillos de la joven a las argollas. Entonces ella pudo ver a sus trece verdugos, excitados por ver ahora su cuerpo por delante. Los pechos de Alba no eran grandes pero estaban muy bien formados y ahora brillaban de sudor. El vientre era casi plano aunque no musculoso. Una pequeña...