Luis
Quien espera, desespera...
Salió disparado de la oficina en dirección a su casa. Tenía dos horas para prepararse, y deseaba causar muy buena impresión. Estaba lloviendo, pero no importaba. Atravesó la calle casi sin mirar, en dirección al metro, mientras mentalmente iba repasando una y otra vez cada paso, a fin de no dejar nada al azar. Tuvo suerte y pudo alcanzar el vagón y subirse a él, segundos antes de que cerrara la puerta. No veía a nadie, inmerso en sus pensamientos desbocados. Repasó de nuevo todo lo necesario imaginando, a s...