Sometiendo a mi compañera de trabajo (3 - Final)

Capitulo final de la primera experiencia de dominación con mi compañera de trabajo.

Sometiendo a mi compañera de trabajo (y 3)

Una puerta se abre a nuestras espaldas, es entonces cuando sin pensarlo demasiado retiro rápidamente mi pene de su culo (originando un sonido parecido a cuando descorchas un vino) y cierro la puerta del retrete dejándola dentro. Me subo los pantalones y me dirijo a la salida. El origen del sonido es un tipo alto y fornido vestido con un mono azul, parece un operario de mantenimiento. Pero no conozco a toda la gente que trabaja aquí.

-Hola –me dice...

Tú me perteneces

Tú no perteneces a tu marido, ni a tus hijos ni a tu familia. Ni tan siquiera te perteneces a ti misma. Tú eres mi propiedad.

Tú me perteneces.

Quiero que sepas una cosa, quiero que retengas esta idea de la manera más clara y diáfana posible. No habrá lugar para confusiones ni aun menos habrá lugar para dudas. Tú me perteneces. Tú no perteneces a tu marido, ni a tus hijos ni a tu familia. Ni tan siquiera te perteneces a ti misma. Tú eres mi propiedad. Y cuando yo reclamo lo que es mío no hay lugar para la duda.

Tú vienes a mí. De la misma manera que viniste a mi hace ahora dos años. Tú eras una novata, alguien sin...

Lujurias en la alcoba...

Cuando la conoci era una pobre chiquilla campesina, no tenia nada, su padre venia a mi palacio a venderme las gallinas que tenia. -Ahorrodillate ante nuestro amo-...

LUJURIAS DE ROMANOS Cuando la conoci era una pobre chiquilla campesina, no tenia nada, su padre venia a mi palacio a venderme las gallinas que tenia. -Ahorrodillate ante nuestro amoy esa chiquilla de 17 años, con unos ojos verdes enormes, un pelo negro brillante y siempre atado en trenza, con su casaca corta, blanca, que le transpentaban todos los pechos .. Por cierto,,, enormes y perfecctos, siempre se arrodillaba. Os comprare todas las gallinas, siempre le decía, en realidad no era por las gallina...

Sometiendo a mi compañera de trabajo (2)

Continua el sometimiento de mi compañera de trabajo en los lavabos del edificio...

Sometiendo a mi compañera de trabajo (2)

-¿Así que hasta mañana a mediodía no tienes que estar de vuelta en casa?

La sonrío pero a ella esa sonrisa no parece tranquilizarla. Tampoco lo pretendo. Quizás si hubiese tenido un espejo a mano me habría dado de que mi sonrisa no es tranquilizadora en absoluto. Cuando se me presenta una nueva sumisa (y mas aun si es novata… mas aun si se trata de alguien como "ella)), no soy capaz de controlar mis rasgos faciales. Controlar los rasgos faciales es...

Sometiendo a mi compañera de trabajo

Primera parte de como comienzo a someter a una compañera de trabajo.

Sometiendo a mi compañera de trabajo (1)

Trabajamos juntos, día tras día, no sería capaz de enumerar aquí los días, menos aun los años. Mi memoria (como sabes) es errática, un desastre para quienes me rodean. Trabajamos juntos y te he visto crecer, durante todos estos años has adelgazado, engordado, embarazado o enfermado. También has cambiado tu pelo de color, de forma, de longitud. Trabajamos juntos y día tras día te he mirado de reojo sin atreverme a formular la más mínima de las proposicione...

La dura novia de mi amigo

Fuí a visitar a cuatro amigas a las que me quería follar, pero fueron ellas quienes me la metieron.

La dura novia de mi amigo

Esta es una historia de esas que da vergüenza contar y que sólo sabemos Belén y yo. Bueno, en realidad lo saben todas sus amigas, cosa que me da más vergüenza aún. Belén era la novia de mi amigo Carlos y, la verdad, no es que esté muy buena, pero el hecho de saber que se folla a Carlos como, cuando y donde quiere me pone bastante cachondo, ya que da sensación de dominio y control sobre una situación tan sensible como es el sexo.

Últimamente me había acercado más a...

LAU

Perversidad femenina.

LAU

Aquella tarde Lau llegó a casa de Leire, su Dueña, después del trabajo; iba impecablemente vestida con su traje chaqueta negro, su blusa blanca, sus medias finas y sus zapatos de tacón moderado. Sus preciosa nariz aguantaba una costosa montura de cristales especiales para su reducida miopía y su melena morena estaba recogida en un ordenado moño. En un hombro colgaba un bolso de Pierre Cardin y en su otra mano llevaba el maletín con su ordenador portátil.

Leire la había convocado allí, a...

Diosa negra

Hola. Este será un relato que obedece a fantasías propias. Todos las tenemos en mayor medida. No se si esta es la categoría adecuada para él (sadomaso), pero es que no se cual sería la exacta. Es un relato de sexo salvaje, aberrante, muy fuerte, por lo que quizá resulte demasiado heavy para mucha gente. He escrito otros relatos, pero este será anónimo. Mucha gente sentirá rechazo por él, y no me gustaría que se extendiera a los otros que escribí. Por esa razón, omitiré mi nombre esta vez. Espero que guste tanto a algunos, como seguro que disgustará a otros.

Laura era una chica joven y bonita, con muchos morbos ocultos que nadie hubiera adivinado tras su rostro angelical.Era una chica rubia, ni muy alta ni muy baja.Guapa, ciertamente muy guapa, pero no con esa belleza facial impactante que tienen algunas mujeres y que las convierte en promesas de placeres inenarrables.No, la belleza de Laura, sin ser inferior en absoluto a la de estas, era una belleza basada en unos rasgos infinitamente dulces.

Laura tyenía una larguísima melena de un precioso color...

Iniciándote al castigo

Deseaba castigar aquellas nalgas vírgenes, ofrecidas por vez primera al látigo del amo, desconocedoras aún del dolor del cuero clavado en las carnes.

INICIANDOTE AL CASTIGO

Te subí los brazos y ajusté las hebillas de tus esposas, fijando los anclajes para que tus muñecas quedaran juntas. Con ritual parsimonia, relié la cadena en el aro de la pared, hasta que tus brazos quedaron tensos. Cerraste tus manos instintivamente, sin apretarlas, dejando a la vista el rojo oscuro de tus uñas.

Me situé frente a ti, para contemplarte con deleite. Arrodillada ante mí, tu cuerpo desnudo era una invitación a la lujuria. Tras el triángulo de tus pi...

El castigo de Julián

Ama S. solía ser comprensiva y compasiva, pero no toleraba la rebeldía.

EL CASTIGO DE JULIAN

Ama S. quiso que asistiera al castigo de Julián. Solo en los casos de castigos extremos, permitía la presencia de otros esclavos. Ama S. solía ser comprensiva y compasiva, pero no toleraba la rebeldía. "El esclavo es desobediente por naturaleza; pero el esclavo rebelde es un animal salvaje que hay que domar", repetía con frecuencia. Y para ella, la doma de un esclavo implicaba el sufrimiento del tormento físico, sin concesiones de perdón ni atenciones a súplicas ni grito...