Después de la tormenta...
Juntos podemos hacer que venga algo más que la calma. (Relato no erótico).
Sus pasos eran torpes, como si fueran los primeros. Cansados, como si después de cuarenta años ya no quisiera dar uno más. Y es que para Rafael, como para todos los que se encontraban en la misma situación, era difícil caminar entre ramas caídas, cristales rotos y muebles destrozados. Le resultaba sumamente duro y complicado moverse entre los escombros, más cuando debajo de estos se encontraban sus sueños y los esfuerzos de una vida.
Por encontrarse ubicado en una parte alta de la ciudad, las in...