Movida en la oficina
En un día especial, ocurren cosas especiales en la oficina.
Cada mañana tu cuerpo te avisa de que un día más estas vivo; después de un estado de inconsciencia, de una muerte dormida con horas de caducidad, abres los ojos, miras al techo de tu dormitorio, exhalas el primer suspiro de la jornada y te pones en marcha.
No he puesto el despertador pero, aun así, despierto casi a la misma hora de siempre, minuto más minuto menos, es ya la costumbre. Me incorporo, apoyando la espalda al cabezal de la cama y me encuentro frente al reflejo del espejo que cuelga en la p...