Marisa me visita.
Le sugerí que para que no estuviera batallando se quedara en pantys, así no perdería tiempo en probar un vestido detrás de otro.
Como les comente en mi publicación anterior, Marisa y yo trabajamos ocasionalmente juntas en su pequeño restaurante, justo donde tuvimos nuestro primer encuentro (gracias a la iniciativa de mi amiga). Pues bien, nuestro siguiente encuentro fue nada menos que en mi casa, ¿pueden imaginar eso?, a mi nunca se me hubiera ocurrido que bajo mi mismo techo tendría relaciones sexuales con una de mis mejores amigas, y menos después de lo que paso la primera vez, que me quede con un sentimiento extraño que iba de la...