Diario de un Consentidor Malentendidos
Dos miradas a una misma historia. Dos caminos y una encrucijada.
Diario de un Consentidor Malentendidos
Tomás
Habíamos hablado largo y tendido, daba la sensación de sentirse solo porque cada vez me retenía más al teléfono o llamaba sin ningún motivo concreto. No, las cosas no debían de estar yendo tan bien como contaba.
—¡Hola, qué sorpresa! —respondí con un poquito de guasa cuando apenas habían pasado quince minutos de su anterior llamada.
—Eso es lo que quería, darte una sorpresa, pero no he podido resistirme: vuelvo a Madrid.
Me dio u...