Diario de un Consentidor Reproches
Dos miradas a una misma historia. Dos caminos y una encrucijada.
Diario de un Consentidor Reproches
—Dime.
—Ya estoy fuera.
—Voy a por ti.
—No hace falta, dime dónde.
Llegué en veinte minutos a un local que ya conocía cerca de Plaza de España; me costó localizarlo, había demasiado humo y demasiada oscuridad. Rechacé el beso, estaba enfadada con él, con su mujer, con Sara y conmigo misma por haber accedido a todo; a montar la encerrona a Claudia y a interpretar el numerito de mi mamá está enferma.
—Cuéntame: quién es esa bollera. ...