Diario de un Consentidor Déjà vu
Con otra mirada
Diario de un Consentidor Déjà vu
Mi colega Torco, desde el café La Humedad, a cargo de los diálogos argentinos.
—Ahora voy, id pidiéndome una tónica. —les dije a las chicas que ya salían por el portal y me quedé rezagada.
—Ismael, ¿Se puede saber qué está pasando?
—No sé de qué me hablas.
—Las chicas están sorprendidas, dicen que últimamente ni te acercas a ellas, ¿qué coño haces?
—Bah, no pasa nada. De todas formas, ¿no es lo que querías, que me portara bien?
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