Diario de un Consentidor Déjà vu

Con otra mirada

Diario de un Consentidor   Déjà vu

Mi colega Torco, desde el café La Humedad, a cargo de los diálogos argentinos.

—Ahora voy, id pidiéndome una tónica. —les dije a las chicas que ya salían por el portal y me quedé rezagada.

—Ismael, ¿Se puede saber qué está pasando?

—No sé de qué me hablas.

—Las chicas están sorprendidas, dicen que últimamente ni te acercas a ellas, ¿qué coño haces?

—Bah, no pasa nada. De todas formas, ¿no es lo que querías, que me portara bien?

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Tarjetas Black (lV)

Una colombiana recientemente casada ha de invitar a comer en su casa al Delegado de la multinacional para la que trabaja.

A la mañana siguiente, cuando llegó a la oficina, Yeimy encontró un sobre cerrado encima de su mesa. En el lugar donde normalmente figuraría el nombre del destinatario había cinco palabras escritas a mano: “Espero que estés de acuerdo”. Aunque el sobre no iba firmado, Yeimy lo abrió de inmediato. Después de todo, estaba en su mesa.

A. A. del Sr. Julio Ruiz, Gerente de KRON PHARMA COLOMBIA,

Como bien sabe, el asunto que me trajo aquí ha quedado resuelto sin demasiadas pérdidas para la firma. Más...

Alberto la dejó sola en el jacuzzi, continuación

Ella no quería estar sola, pero el placer la va arrastrando

Alberto la dejó sola en el Jacuzzi, continuación

Claudia temblando por la emoción se levantó un poco para ponerle los senos a la altura de la cara y mirándolo a los ojos, llena de lujuria le dijo, bésamelos, me gusta mucho; sabía que ya no había vuelta atrás; todo por culpa de Alberto por dejarla sola…

Ese hombre, quien luego se enteraría que se llamaba Diego, le besó los senos de una manera deliciosa, le chupó los pezones, suave y duro, mientras no dejaba de acariciarle las nalgas, ella segu...

Alberto la dejó sola en el Jacuzzi

Claudia fue más allá de lo esperado...

Alberto la dejó sola en el Jacuzzi

Casi siempre que entraban en el Club SW, les gusta meterse al jacuzzi antes de cualquier cosa, la idea es aprovechar que al inicio hay poca gente y aún pueden disfrutar del agua mucho más limpia; esta vez estaban una pareja y dos hombres solos; cuando Claudia se despojó de la toalla, quedando únicamente con un pequeño tanga que solo cubría su depilada vulva y dejaba ver sus nalgas completamente; uno de los hombres se puso de pie para darle la mano y ayudarle a baj...

Encaprichada - Parte 3

También puedo ceder

Me saqué la cinturonga, debajo mi tanga está empapada. Mientras vos descansas tirado boca abajo, amarrado, en la misma posición que cuando saqué el consolador de tu cuerpo. Finalmente estás entregado al placer. Te cuento que el forro salió un poco sucio y me río, no me importa pero disfruto hacerte sentir esa pequeña vergüenza.

Te levanto la cola, quedás apoyado sobre tus rodillas y con la cabeza hundida en el colchón. Me acuesto con la cara abajo de tu pene, lo agarro con una mano y le doy algunos...

EL DÍA DESPUÉS…CON LOS SOCIOS y Marcela (parte 2)

Marcela comenzó a chuparme también…, luego sentí como la pija de Claudio entraba en mi concha….. Nosotras volvimos a acabar dos veces más…., el placer era muy intenso….Esta vez ellos ya no pudieron aguantar…, habían durado mucho mas de lo normal…. Nos acabaron adentro…. Tenía la pija de Ricardo ante mis ojos cuando comenzó a eyacular…, lo hizo dejándola metida hasta el fondo…. Al sacarla…., la concha de Marcela comenzó a chorrear…., inmediatamente abrí la boca y me pegué a ella….., no desperdicié ni una gota…., ella hizo lo mismo…, succionándome hasta tragarse todo lo que había en mi interior…..

Terminé de pagar a los empleados y los cuatro, nos quedamos un rato en la oficina….

Guardé todo lo que había utilizado…, les explique algunas cositas más y luego nos pusimos a hablar de cualquier cosa…Eran casi las 3 de la tarde…

Amor…, vamos que los chicos ya deben de tener hambre…., le dije a mi marido….

Cerramos la oficina…, ellos se subieron a sus autos y nosotros a la camioneta…. Mientras nos despedíamos…, Ricardo buscaba mi mirada como queriendo decirme algo…., pero era imposible…, m...

Diario de un consentidor Horríbilis

Con otra mirada

Diario de un Consentidor. Horríbilis

Tenía dos llamadas perdidas y seguía callada. No sabía cómo encauzar lo que fuéramos a hablar hasta llegar al motivo que me acercaba a Sara, un motivo que podía parecer interesado y que desdibujaría cualquier cosa que estuviera por llegar. Dios, ¿en eso estaba pensando?

Porque esa era la realidad, Sara me atraía desde el mismo día en que me sacó a bailar con Sade, con Tino Casal y llovieron hombres, aleluya. ¿Y qué, si me atraía? yo por entonces estaba cieg...

Atado si lo estaba...

Sexo en club de intercambios

ATADO SI LO ESTABA...

"Cuando una mujer está enamorada olvida todo lo demás."

Koch

, Paul H.

El insignificante hombre de la gorra no había semana que no se gastaba algo jugando a las quinielas. Con ello ya llevaba más de treinta años. Durante todo este tiempo un par de veces cobro algo, más bien poco, pero él seguía y seguía. Por donde vivía los más inteligentes repetían continuamente aquello de, el que la sigue la consigue, y él a estos más listos los tenía en cuenta. Ellos sabían m...

Encaprichada - Parte 1

Obsesiva, ansiosa, deseosa.

Me encuentro ante un dilema moral, quizás a causa de un capricho. No estoy segura por qué mi imaginación se desboca entre sueños de sometimiento, dolor y placer. Es tal la intensidad de estas fantasías que quisiera hacerlas realidad para vivirlas con todos los detalles.

Que el sujeto de mi excitación sea un amigo de mi novio solo complica las cosas, pero no lo vuelve imposible.

Sin ninguna sutileza intento seducirlo y aunque me sigue el juego, por momentos se pone a la defensiva. ¿Lo estaré...

Diario de un Consentidor Nunca digas nunca jamás

Con otra mirada

Nunca digas nunca jamás

Con la inestimable colaboración de Torco para la adaptación de los diálogos argentinos

Después del oasis del fin de semana me vi abocada a volver a mi particular desierto. A diario procuraba buscar cualquier motivo para extender la jornada o enganchaba a Julia y nos tomábamos algo a la salida hasta que se excusaba y me quedaba sola. Tomás estaba inmerso en la reconciliación con su hija mayor que yo misma había propiciado y no quería estorbarle. Había pasado una tarde p...