Vecinos de dúplex en la costa
Mi mujer sabe jugar a la seducción. ¿Será que es muy puta?
Noche del viernes 13 de febrero.
Acaricié los pezones excitados y duros de mi mujer. Pasé por ellos las palmas de la mano, después los apreté con los dedos. Elena soltó un gemido de placer y se movió despacio, arriba y abajo, deslizándose en la verga que la penetraba. Sabía que estaba cachonda, le calienta sentirse deseada y las miradas lujuriosas del vecino del duplex adosado durante toda la cena la habían puesto a mil, tanto que apenas se durmieron los niños, tiró de mí hacia la cama y sin preám...