Marcha atrás
Un cuarentón consigue alcanzar su sueño de adolescente, aunque las cosas no siempre son como parecen.
Recuerdo que una vez me dijo un ligue: “Sólo me arrepiento de lo que hago”, bueno pues en mi caso es todo lo contrario. Mi vida se rige por la misma coletilla “debí decirle esto” o “debí hacer lo otro”, o simplemente “no caí en la cuenta”. No me considero una persona tonta, pero si soy muy torpe a la hora de improvisar, por eso siempre que salgo a ver un cliente o un proveedor, o simplemente tengo una reunión, la preparo a conciencia con la intención de evitar dejar nada al azar. Por eso, no suelo discutir...