Descubriendo la verdad 2
Continuamos con nuestra primera noche...
De pronto mi mujer dio un respingo, la acababa de agarrar la vulva como de pellizco, y empezó a movérsela agarrada de manera fuerte y rápida, se le doblaron las piernas, no pudo más y se corrió derramando flujo por sus muslos y mojado las dos manos de José Manuel.
- Como sabia que eras de las que te corres como una perra sin poderte aguantar, límpiame las manos.
Mi mujer le cogió sus de las muñecas y con mucha suavidad y sensualidad le fue lamiendo manos chupando y dedos mirándole a los ojos com...