SED DE VENGANZA (ll) Revisado.
Después de que Lorena vea como su marido le es infiel no parará hasta saciar su sed de venganza.
No sé cuánto tiempo estuve callada contemplado aquella horrenda imagen en la pantalla. Mi marido tumbado sobre nuestra cama de matrimonio junto a sus dos compañeras de partido. Entonces noté la mano de Alberto sobre mi hombro. Le dejé que me abrazara y sollocé sobre su pecho toda mi tristeza.
Mi empleado me consoló en silencio. Era una mujer dolida, engañada. Si Alberto no hubiese estado allí no sé lo que habría hecho en ese momento tan desolador.
― Lo siento mucho, señora ―dijo al fin.
Po...