Una monja española no tan monja

Una monja que la llego a conocer por trabajo siendo muy estricta en sus cosas y vida se desquicia con la idea de poder poseerme, sus deseos de mujer superan todo..

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Una monja española no tan monja

Una monjita española de misión en mí país se encabrona conmigo hasta el punto de ya no saber que hacer por la obsesión que le entró por mi virilidad.

Los que han seguido mis relatos saben que a lo que me dedico es a vender tecnología informática y de telecomunicaciones y por ello tengo que visitar ciertas residencias o empresas para poder comercializar nuestros servicios y esto conlleva a que tengo que tratar con muchas personas a diario en mis visit...

Tras la ducha

Fabio había estado todo el día jugando al baloncesto con sus amigos en una de las canchas particulares de la urbanización, por lo que no tardó mucho en llegar a su casa aquél día totalmente cansado.

Fabio había estado todo el día jugando al baloncesto con sus amigos en una de las canchas particulares de la urbanización, por lo que no tardó mucho en llegar a su casa aquél día totalmente cansado.

Al entrar al portal se cruzó con su hermana Alicia, que por aquel entonces contaba con diecisiete años, cuatro menos que su hermano, en la entrada totalmente ataviada de chándal:

  • Hola hermanito, voy a comprar una raqueta nueva en la tienda, Miriam se ha quedado en la casa mientras, papá y mamá...

Venganza

Yo sólo le dije: “Tranquilo, chiquitito. Como anoche te perdiste la película, sólo vine a que disfrutaras los tráilers”.

Eran pasadas las 8 de la noche de un miércoles, cuando sonó mi teléfono. Atendí y oí su voz: "Cissy, muñeca, lo siento, nuestra salida se cancela. Mónica acaba de llamarme para que la acompañe a una exposición. Ella es mi novia y no puedo negarme". Cuando colgué, ya mis ojos no podían contener las lágrimas. Lágrimas de rabia, de humillación... lágrimas de amor, sí, porque en aquel momento era amor lo que creía sentir por ese desgraciado que se creía con el derecho a escupirme el corazón todas las vece...

Las tres nietas de don Sebastián (7)

Septima entrega: Comienza el curso otra vez.

Las tres nietas de don Sebastián: séptima entrega

Aquel día en el que nos marchamos del pueblo, el cielo no estaba nublado pues era verano y calentaba el Sol pero, en mi corazón, todo era gris desde hacía tiempo. Estaba sentado en el asiento del copiloto mientras mis hermanas y mi madre estaban sentadas detrás. Mientras ellas hablaban de las trivialidades e insensateces propias del sexo femenino, mi padre y yo permanecimos callados durante todo el viaje. Desconocía sus motivos para estar tan seri...

Expiación de culpas...

Pris no terminaba de entenderlo pero sospechaba que algo ya nunca iba a estar igual dentro de sí. Lo sospechó cuando en medio funeral el amigo de su tío Beto se presentó para darle sus condolencias, y sintió ese instantáneo cosquilleo en su ser...

Mientras manejaba, Fernando repasaba la conversación telefónica y simplemente no lo podía creer, recordaba toda la tribulación y duelo de aquellos años ya tan lejanos, cuando un terrible accidente le arrebató intempestivamente a sus padres de un solo golpe, entonces rememoraba como su querido tío le había ayudado a superar todo ese dolor, toda aquella confusión, como su tía había tomado el papel de una segunda madre ideal, quien también, al tiempo, partió.

Pero esto era distinto, su tía había es...

Laura

Traía puesta en esa ocasión una playera larga que utilizo para dormir, mi tío se sentó sobre la alfombra del cuarto de tele y me pidió que me sentara entre sus piernas, tomo el control y comenzó a jugar con el aparato mientras que me iba diciendo lo que se debería de hacer, luego fue mi turno, sus manos soltaron el control para dejármelo y las puso sobre mi estomago como abrazándome desde atrás.

Laura

I

Han pasado dos semanas desde que mi tío Martín se tuvo que ir para los Estados Unidos, la situación lo llevó a esto y aún me encuentro un poco triste desde su partida, diario he revisado el correo pero no ha escrito todavía; desde que partió no hemos tenido noticias de el y no es de extrañar ya que a veces se requiere tiempo para instalarse en una nueva ciudad.

Por fin, a las tres semanas exactas llegó la primera de las cartas del tío Martín, la primera, claro, venía dirigida...

El tonto (1)

El desastre de la pasión.

Solo, absolutamente solo. Y, además por fin de año. Todo el mundo bailando y tocando las narices a su alrededor y él, allí, amargado, apoyado en la barra, bebiendo solitario, mirando como las parejas se besaban en los rincones oscuros... Eran las cinco menos cuarto y su único amigo aún no se había presentado. Un cuarto de hora más y se iría a dormir, asqueado, eso sí. Tener más de 30 y estar sin pareja era una travesía por el desierto que hasta ese momento había llevado bién. Al menos hasta esa noche....

Una carita angelical (3)

Estoy viviendo algo nunca sospechado, bueno al fin apara mi así es, es una locura pero me ha hecho feliz.

Una carita angelical 3

Primero que nada quiero agradecer todos sus comentarios en referencia a mis relatos, me da gusto que creen polémica, les aseguro que voy a continuar para los que les agradan y los que tienen una opinión contraria los respeto y les doy las gracias de igual forma.

Después de la última vez que estuve con Lucy pasaron varios días, solamente la veía esporádicamente y entre idas rápidas a la casa con el pretexto de ver o de consultar algo con Ingrid, nos dábamos un beso ráp...

Roces de viajero

En tren repleto es un buen lugar para buscar una historia caliente.

El tren comenzó a detenerse frente a la estación, con el chirrido ululante de los frenos contra el metal. El olor ácido de siempre entró en mi nariz y empecé a palpitar en cuál vagon debía entrar, esta vez.

Ese pequeño lapso de la frenada, que no debe durar más de 15 segundos, es el preludio de un momento clave de mis mañanas: La elección del vagón que habrá de llevarme hasta Retiro, y que puede depararme un viaje placentero o la rutina de ir colgado del barral viendo pasar estaciones hasta el d...

La zapateria

Caminaba rumbo a la zapatería del señor quintana, la zapatería de toda la vida, la zapatería donde compraba mi madre y ahora compraba yo. Tres calles mas abajo de nuestra casa, mi madre me había dado dinero para ir a comprar zapatos nuevos.

LA ZAPATERIA

Era un verano, uno de esos días calurosos en una ciudad cerca del mar, en los que toda la ropa se te pega al cuerpo debido al sudor; uno de esos días en los que no estas bien ni en la sombra, solo te apetece tumbarte con un refresco en la mano.

Caminaba rumbo a la zapatería del señor quintana, la zapatería de toda la vida, la zapatería donde compraba mi madre y ahora compraba yo.

Tres calles mas abajo de nuestra casa, mi madre me había dado dinero para ir a comprar z...