Todo un detalle
El ronroneo del motor fue la música que acunó la parea mientras el movimiento acompasado facilitaba el roce ardiente de ambos sexos.
La miraba alejarse con su camisa blanca cayendo libremente sobre la tableada falda gris acampanada, compañera inseparable de la danza bamboleante del andar tropicano.
En el interior de sus muslos se dibujaba vívido un hilo blanquecino, delator implacable de la pasión estallada.
El ómnibus, desvencijado y cargado de efímeros pasajeros, seguía su recorrido cansino con el traqueteo de los años y el chirrido quejoso de los frenos.
Parado, con sus libros a cuestas, improvisado de tanta so...