El destino de Susana (9)

Llegamos al final de este relato; Susana ha encontrado su destino.

Al llegar a la pensión después de haber dado una clase particular, oyó que la llamaban:

  • Fajardo.

Se volvió y vio que la dueña le hacía señales para que entrara en su despacho; asintió y así lo hizo. Aquélla cerró la puerta:

  • Bueno, Fajardo; siéntate aquí, conmigo, a la mesa. Quería hablar contigo, si no tienes inconveniente.

  • No, claro que no – respondió Susana, dando un vistazo a la estancia. Era una especie de alacena que tenía la misma forma que su habitación, sólo que al...

Dominga, la sirvienta, la madre y yo (1)

Pues eso, Dominga, la sirvienta, la madre y yo, parte primera.

Queridos lectores: aquí estoy, escribiendo frente al ordenador, solo en casa, cerca de la estufa y con un bonito pijama. No soy escritor ni lo pretendo, la naturaleza me ha dotado de algunos atributos, pero no el de la imaginación, así que lo que voy a contaros es totalmente real… Todo empezó por las matemáticas y termina con esta chica que se llama, qué se yo, Dominga, por ejemplo, llevándose mi CD de Al Green de mi casa, hace ya algún tiempo, dejándome de regalo, bajo la almohada, con un corazón dib...

La herencia del horror

Una joven recibe una herencia que despertará su virginal sexo.

La herencia del horror

El camino

El automóvil surcaba la ruta en la oscuridad de la noche. Ella había apagado la radio ante la imposibilidad de sintonizar nada que se pudiera escuchar, evidentemente en esta zona serrana no se podía captar bien ninguna emisora.

Hacía más de media hora que había abandonado la ruta principal, para tomar el camino secundario que la depositaría en su destino y desde que lo había echo, no se había cruzado con ningún otro vehículo.

Solo se escuchaba el...

El destino de Susana (8)

Un director de oficina bancaria, ya maduro, parece ser la tabla de salvación que necesita Susana...

Sintió su mano en la pierna; ésta fue subiendo sobre el grueso pantalón de pana hasta llegar a su sexo, donde presionó suavemente dos o tres veces, pero no le importó. Es más, Susana miraba sonriente, con ojos amorosos, a quien eso le hacía. El hombre, que rondaba los cincuenta y seis años, dejó de mirarla y devolvió la vista a la carretera: era Javier, su último acompañante y, quizá, el más cariñoso. Ella, a su vez, miró adelante y, luego, por la ventanilla, contemplando el paisaje pirenaico. La habí...

La dispensadora de sexo

Una mujer madura descubre lo gratificante que puede ser el sexo.

LA DISPENSADORA DE SEXO

Sí, soy una especie de máquina dispensadora de sexo para mis compañeros de trabajo. Es una relación no usual pero beneficiosa para todos, pues ellos tienen sexo todos los días y yo "reino" sobre todos ellos.

Así empezó todo hace unos años. Mi marido murió en un accidente de tráfico cuando yo tenía 49 años. No tenía problemas económicos pues había tomado la precaución de hacerse un seguro de vida. El único problema que yo tenía es que nuestro hijo estaba en Alemania t...

De la disco al coche

De cómo una noche, un desconocido me hizo disfrutar del mejor cunnilingus.

1.

Esa noche, había salido con mi amiga Paula de marcha. Esa noche quería ir provocativa, pues me apetecía ligarme a un chico guapetón. Me puse un vestido rojo que apenas me tapaba el culo y con un gran escote por el que se veía el encaje de mi sujetador.

Al poco tiempo de llegar, Paula había visto ya a Javi, el chico que le gustaba, y la razón por la que íbamos casi todos los fines de semana a la misma discoteca. Total, que terminamos separándonos: ella se fue con Javi, agarrada de su man...

Con los camareros de la disco

De cómo una noche de borrachera se convirtió en la mejor orgía con los camareros de la discoteca.

Paula y yo seguimos yendo a la discoteca de siempre. Normalmente íbamos acompañadas de Javi, que estaba salido en esos momentos con mi amiga. Pero cuando Paula se enteró de que le había sido infiel, se encerró en su casa y no quiso salir durante días.

Por eso, ese sábado me disponía a ir yo sola de marcha. Llegué a lugar un poco tarde, como a las 4 de la mañana, y en cuanto llegué me di cuenta de que se había reunido una despedida de soltera de una chica, que parecía tener unos 22 años, muy jove...

El destino de Susana (7)

Finalmente, Susana se decide a dar clases particulares...

Ahí estaba, ya había llegado: desde la barra de la cocina americana la miraba una citación judicial acompañada de un aviso de embargo; el café con leche humeaba en su mano derecha. Habían llamado a la puerta hacía algo menos de una hora y ella había abierto tal y como iba, sólo cubierta por la parte superior del pijama dejando ver sus muslos, bien blanquitos ya desde que se había visto obligada a dejar el gimnasio, al agente judicial. Medio soñolienta aún, algo desgreñada, había firmado con una sonris...

La extorsión (3)

Uno de los extorsionadores se arrepiente y obtiene el premio mayor.

Autor: Salvador

Dirección: demadariaga@hotmail.com

La extorsión ( III )

Dante apareció con la cabeza gacha, como si arrastrara un peso más fuerte que sus fuerzas. Se veía muy distinto al muchacho alegre, cínico y audaz que yo conocía. Cerró la puerta y se acercó a mi escritorio, donde depositó un paquete.

  • Es suyo.

Estábamos a solas, por lo que el trato tan formal me llamó la atención, después de lo vivido hacía una semana.

¿...

Historia de una Monja

Historia de cómo una agraciada y devota monja es chantajeada por un pérfido noble.

Historia de una Monja

Kleizer

En memoria del grandmaster,

El divino Marqués

Francia, Siglo XVII.

París.

Pocos comprendieron la decisión de cierta agraciada joven, hija de un comerciante, que decidió tomar el hábito de monja. Sor Elliethe, que tal fue el nombre que tomó al recluirse en el lóbrego y desvencijado convento, ubicado en las afueras de París, siempre se dedicó al auxilio del menesteroso, especialmente, de los huérfanos que se multiplicaban como hongos por to...