Begoña y Paloma.
Otra de mis historias más antiguas, escrita hace tres años. Cuenta como fui haciendo amistad y muy íntima con dos chicas que me gustaban a rabiar.
Elena, una joven estudiante, que es vecina mía y a la que, al igual que a su madre, me ocupo de satisfacer sexualmente con regularidad, me había hablado en varias ocasiones de que en el colegio donde cursa sus estudios tenían, desde el inicio del presente curso escolar, una nueva profesora en los cursos de educación infantil que por lo que había observado, además de estar de lo más apetecible, tenía claras inclinaciones sexuales lésbicas aunque no podía asegurarme que fuera una perrita obediente, viciosa y...