Los líos amorosos de un niño guapo
Continuación del capítulo 3
Contnuación del capítulo 3
Sara subió a su casa, y me dirigí al pabellón de los solteros, donde ya he dicho que yo era el único soltero que había en el cuartel.
Como al cuarto de hora, Sara llamó a la puerta; la verdad que no esperaba que llegara hasta mi dormitorio.
-Cómo te has atrevido a venir hasta aquí. Le dijo preocupado. ¡Mira que si te ven!
-No te preocupes, me he asegurado que nadie me vea. Además es la hora de la siesta y mis padres duermen.
-¿Y tú, no te echas l...