Ninfómana y obediente (Parte número 23).

Parte veintitres de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

“ *En vista de lo calentorra que estaba y de lo fácilmente que había llegado y en dos ocasiones al clímax, dejé de excitarla, la extraje mis dedos de la cueva vaginal, la hice subirse más la falda de su uniforme para poder verla la braga y saqué mis manos de su prenda íntima que hice descender un poco para poder acariciarla el “felpudo” pélvico, en el que me limpié meticulosamente los dedos, antes de hacer lo propio con la parte superior interna de sus abiertas piernas. Mientras me mantenía ocupado con ell...

Ninfómana y obediente (Parte número 22).

Parte veintidos de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

Un día festivo Saúl y Eva decidieron desplazarse para poder pasar el día con Erlinda y conmigo. Después de dejar a sus hijos y a París al cuidado de Nicole decidimos irnos a comer al campo. Saúl se empeñó en llevarnos a una amplia arboleda que era bastante frecuentada por parejas deseosas de darse satisfacción sexual. Cuándo lo recorrimos pudimos ver a varias en plena faena además de comprobar que cada vez existía más adicción entre las jóvenes asiáticas a, después de que su pareja hubiera descargado dentro...

Relatos eróticos morbosos 7

Nuestro personaje se las ingenia para no tener que volver a utilizar el miembro dolorido, pero tal vez se esté metiendo en camisa de once varas y acabe por tener que utilizarlo sí o sí. Dos vidas se han encontrado por casualidad (aunque tal vez no haya tanta casualidad como parece) veremos qué pasa.

Nos sonreímos. Me sentí como un hombre con múltiples personalidades. El hombre que había sido, con un pasado irrecuperable, el hombre que había espiado a mi “ex”, un pervertido, un monstruo. Y ahora el hombre nuevo que pugnaba por salir, un hombre enamorado de una prostituta. Todos ellos eran falsos, artificiales, aún no había encontrado al hombre que yo realmente era. Por un momento me sentí muy triste y deseé morir. ¡Lastima que la hemorragia se hubiera cortado!

No podía hacer otra cosa que hablar,...

Ninfómana y obediente (Parte número 21).

Parte veintiuno de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

La bella Erlinda me motivaba tanto que, después de conocer su historia y de saber que llevaba años inmersa en el sexo lesbico, no pude reprimirme y la besé en la boca. Ella me devolvió el “morreo” por lo que me animé a proponerla que nos liáramos. Aceptó y aunque tenía mucha experiencia, no terminaba de encontrar en ella a una fémina tan bisexual como Eva por lo que, aunque la gustaba que nos comiéramos mutuamente el chocho; que nos masturbáramos; que nos magreáramos; que nos mamáramos las “peras” y que nos...

Cerdas y cachondas (Parte número 01).

Nueva y larga historia, a la que he dado un título muy sugerente, que comienzo a publicar y que espero sea del agrado de mis lectores.

Conocí a Jacqueline, una atractiva y esbelta francesita de cabello moreno a media melena, ojos verdes y exuberante físico, en el instituto en el que cursé los estudios del, entonces, bachillerato superior. Resultó ser una chica liberal y moderna a la que la encantaba resaltar sus curvas luciendo un vestuario ceñido, provocativo y sugerente lo que, unido a su “palmito”, no tardó en levantar admiración y algunas envidias entre sus compañeras y en mantener de lo más encandilados a sus compañeros a los que, al...

Ninfómana y obediente (Parte número 20).

Parte veinte de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

“ *Mi progenitora me había advertido de que tuviera cuidado con Jacques puesto que estaba tan enganchado al sexo que con tal de poder disfrutar de nuevas experiencias era capaz de desgraciarme ó de hacerme cualquier cosa desagradable pocos días antes de que aquel cabrón me dijera que tenía que conseguir convencerla para que, en menos de una semana, se abriera de piernas para él con el propósito de disponer de la “chirla”, del culo y de la boca de mi madre y de mi trasero para, a su antojo, poder depositar...

Ninfómana y obediente (Parte número 19).

Parte diecinueve de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

Erlinda, que residía en una casa situada en los extrarradios, decidió comprar a Saúl y a Eva el que había sido su domicilio con intención de alojarse en un lugar más céntrico y más próximo a su trabajo con lo que, a pesar de sus continuos viajes, la pude conocer mejor puesto que, hasta entonces y aunque la hubiera visto muchas veces en acción con Saúl, habíamos hablado muy poco y sólo sabía que no sentía demasiadas simpatías por el sexo masculino. Un domingo por la tarde y mientras tomábamos un café con lec...

Relatos eróticos morbosos 5

Nuestro personaje es un poco gafe, vamos que cuanto más alejados de él mejor. Todo le sale mal, rematadamente mal, pero no hay mal que por bien no venga, Gilda disfruta del mejor polvo de su vida.

Tengo los ojos cerrados, por eso no puedo verla, para eso está la imaginación. Me abre la boca con las dos manos y casi percibo cómo se agacha sobre mi cabeza. Puedo ver sus pechos perfectos, tan blancos como el resto de su cuerpo, con esos pezones armonizando con el perfecto tamaño de sus tetas, son como botones rosados de una flor exótica. Y cuando sus labios rosados, carnosos, sensuales se acoplan a mi boca, como una ventosa siento rozar sus pezones contra mi pecho, mi pecho lobo donde brota la pelambrer...

¿Lo hice por dinero? (2)

Continua la sesión fotográfica de Marilia con el desenlace y revelación de toda la historia.

¿LO HICE POR DINERO? (2)

Todos estaban mirándome para ver mi reacción, a la expectativa de mi posible decisión a “ayudarles” en el problema que les había surgido. Mi novio, Alberto, era el único que parecía haber tomado más que nada las riendas de la situación y se mantenía en una posición de, como decíroslo, cierta seguridad. Sus almendrados ojos negros brillaban con un fuego interior que me dejaba totalmente anonadada y perpleja pues no alcanzaba a interpretar los pensamientos que tenía mi chico ant...

Ninfómana y obediente (Parte número 18).

Parte dieciocho de esta historia que, en primicia, estoy brindando a mis lectores esperando que sea de su agrado y la sigan con interés.

Nuestra actividad sexual no sufría variación alguna de un día para otro, excepto los domingos en que disponíamos de más tiempo y solíamos contar con la colaboración de Erlinda, una exuberante y joven prima de Eva que desempeñaba un cargo ejecutivo en la empresa que mi padre se había encargado de encauzar durante su estancia y que usaba una ropa interior, llena de transparencias, sumamente provocativa y sugerente. Como el resto de la semana estaba muy ocupada y la mayoría de los días de viaje, nos decía que...