Lluvia dorada de una nube sagrada
¡Agua bendita que purificas mis pensamientos...!
Lluvia dorada de una fuente sagrada
Este relato acaeció el último día del mes de Agosto de 1989; tenía a la sazón 49 años. Mi empresa como todos los años celebraba la convención trimestral en unos de los hoteles de cinco estrellas de la zona. Se iba a lanzar al mercado español, un producto adelgazante que se fabricaba en Copenhague; y para su puesta a punto en el equipo de ventas, había venido a explicar sus maravillosas virtudes, la jefa de marketing de la empresa fabricante del mismo.
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