Cita
Una cita a ciegas es eso, a ciegas
La cita
Un gran vacío siente Natalia al escuchar el sonido de las esposas al cerrarse, de repente un miedo la recorre, un terror infinito, sabedora de que no hay vuelta atrás. Allí está ella, delante de la puerta de la habitación del hotel, sin ropa interior, calzada con tacones de pulsera, top y falda, ropa para ser quitada si hace al caso teniendo, como tiene, las manos a la espalda y sujetas por unas esposas cuya llave no tiene. Una chaqueta cubre sus hombros con el bolso del izquierdo. Los o...