Prisionera de un gigante (4)

Continúan las aventuras de Sandra en manos de su gigantesco captor

PRISIONERA DE UN GIGANTE (4)

  • Bueno, va siendo hora de irse a la cama -tronó el gigante con su voz colosal-, pero antes de dormir conviene hacer un poco de ejercicio, ¿no?

Lo miré aún jadeante, temiendo cualquier cosa.

  • Y un buen ejercicio es la escalada, ¿no crees? Claro, que aquí no estamos en la montaña, pero podemos pensar algo, hmmmm -hizo como si pensara-, bueno, lo más parecido que tienes ahora tú a una montaña es mi propio cuerpo, jajajaja...

Me tomó de nuevo en...

Prisionera de un gigante (3)

Continuación del relato macrofílico, esta vez con especial énfasis en el fetichismo de pies

PRISIONERA DE UN GIGANTE (3)

En cuanto tuve fuerzas para levantarme y a pesar de la espantosa amenaza de mi captor, intenté buscar una forma de escapar. ¡Tenía que pedir ayuda! Recorrí con la mirada la mesa sobre la que me encontraba. Había una ventana parte de la cual quedaba sobre la mesa. Me acerqué corriendo pero enseguida vi que por allí no podría escapar. La ventana quedaba bastante arriba y la pared era completamente lisa. Imposible escalar. Si hubiera podido mover la enorme casa de muñec...

Prisionera de un gigante (2)

Continuación del relato macrofílico

PRISIONERA DE UN GIGANTE (2)

Me sentía como en una montaña rusa mientras el gigante caminaba hacia su casa, envuelta en aquella titánica mano de la que solo sobresalía a duras penas mi cabeza. Apenas había gente por la calle. Pensé en pedir ayuda, pero ¿cómo?

Unos minutos después subimos un par de pisos y aquel hombretón abrió con su llave un apartamento. Poco pude ver de él desde mi posición. Pasamos rápidamente un pequeño pasillo, lo que parecía un amplio salón y entramos a una habitac...

Prisionera de un gigante

Nuevo intento. Relato basado en la fantasía de la macrofilia, relaciones sexuales con personas de tamaño gigantesco. Leedlo si el tema os va

PRISIONERA DE UN GIGANTE

Hola, mi nombre es Sandra y quisiera contaros lo que ocurrió en mi vida que hizo que pasara de ser una mujer normal con una vida como la de cualquiera a convertirme en la pequeña mascota y esclava de un hombre.

Vivía sola en la ciudad, en un céntrico apartamento de bastante lujo y trabajaba como secretaria en una importante y prestigiosa firma de abogados. El trabajo era duro pero bien pagado y me permitía llevar una vida bastante desahogada. En aquel momento no...

Poseída en violencia

Cómo mi novia pierde el equilibrio.

Unas piernas que prometen mucho. Si tengo que describir a mi novia elijo esa frase. Morocha, de largas y excelentes piernas, con cara simpática y pechos normales.

Tanto prometen que ella usa su potencia casi al máximo, con polleras y mini shorts, deslumbrando conocidos y forasteros.

Una noche ella lucía un pequeño short negro con unas botas negras y una media también del mismo color, acompañados de una bluza que dejaba ver un poco sus codos y su ombligo. Tenía que salir con sus amigas a festejar...

La excibición

El gusto de mostrarme a un extraño

Acabábamos de llegar al hotel, luego de un día de trabajo, era un hotel situado en una buena zona de la ciudad, con todo lo necesario para pasar bien, dos camas grandes y un ventanal con una pequeña terraza, mi esposa y yo nos preparamos para bañarnos para luego ir a buscar algo que cenar, ella se bañó primero y al salir del baño entré yo, cuando salí, noté que ella no se había cambiado, paseaba por la habitación una y otra ves buscando no se que, no preste atención, siempre me ha gustado verla desnuda.

...

Deja vu...

Cuando las fantasías se hacen realidad....

El vuelo estaba siendo algo movido debido a las turbulencias que se originan en la costa mediterránea después del verano y como es normal en mí empecé a entretenerme en mirar a los demás pasajeros e imaginarme a dónde iban, a qué se dedicaban, cómo era su vida… La verdad no resultaba muy interesante el tipo de gente que me acompañaba en este vuelo, todo bastante insustancial bajo mi punto de vista claro. Así que cerré los ojos, liberé mi mente de pensamientos y la dejé volar.

Por fin avanzaba por el p...

Fiebre

A veces la fiebre nos hace delirar y sudar de más, ¿verdad?

Brisa marina, luna que susurra noche, frescor húmedo con olor a costa y sueños que se evaden pidiendo protagonismo. Manta, calor interno, amago de subida febril y tranquilidad horizontal. Calma, bienestar pese a todo de aquella antigua niña antes rubia y ahora de preciosos cabellos con reflejos azabaches. Mirada infantil cercana a los treinta, curvas acomodadas a la forma del colchón, pijama de seda y una voz de alguien que insistía en que tenía que sudar... Pero no quieres sudar más, que ya te encuentras m...

Con el Psicólogo

Una relación paciente doctor muy íntima y placentera

Es la última de la tarde. Su timidez es enfermiza. Camina con la cabeza mirando el suelo. El hablar con la gente por las cosas más triviales es causa de angustia, el estar en clase una tortura, dialogar con otros alumnos o profesores fuera de las clases es una pesadilla día tras día…

Llama al timbre y cuando la abro me encuentro que hoy se ha disfrazado de colegiala japonesa aunque sin borrar su maquillaje gótico. Tiene 22 años pero aun conserva un aire de niña buena en su rostro. Es alta (1,75 m.), m...

Juegos en el autobús

Siempre nos cuesta y disgusta esperar nuestro destino en el autobús, pero eso cambia cuand viajas con una buena compañía

Pipipipipipipipi .... De nuevo ese atronador  sonido que marca el comienzo de un día, y lo que es peor una nueva semana, no sin un grandioso esfuerzo consigo despegar las sabanas de mi cuerpo, poniendome en pie, evitando todos los espejos hasta que me he lavado la cara. Lentamente me dirijo hacia la puerta , vestida ya con mi uniforme colegial, la falda algo mas corta de lo normal y la camisa un par de botones mas abierta, sonriendo me recojo la melena en una coleta mientras me dirijo a la puerta, por suert...