El debut de Rebeca
Una inocente conversación telefónica me lleva a idear un reto que Rebeca acepta con su habitual lujuria y descaro, aunque le costará superar la prueba
Hacía ya mucho tiempo, demasiado, que no disfrutaba de una buena sesión –con ella no las hay malas- de sexo con Rebeca. Nuestras respectivas obligaciones, trabajos, etc… nos mantenían ocupados y alejados al uno de la otra. Decidí llamarla y ver cómo le iba la cosa:
- Hola, ¿Qué tal estás, “chocho mustio”?
- Estoy bien, ahora voy para el trabajo, pero de mustio nada, eh? Está pletórico, aunque un poco irritado.
Una conversación...