Aparcamiento

Dedicado a Julián

Me encontraba en el aparcamiento del pabellón de deportes de mi ciudad, puntual a la cita con mi desconocido. Una furgoneta tintada estacionó a mi lado, el tipo me hizo una señal abriendo la puerta trasera. Accedí a la parte trasera del furgón, el hombre de unos sesenta años, bajo, sin pelo, barriga cervecera ya se había sentado en el amplio asiento. Cerré la puerta.

  • ¿Lo has traído?, preguntó.

Asentí con la cabeza, abrí la bolsa y saqué el tanga azul usado de mi esposa, (es el que más me excit...

Nuevo trabajo

Una nueva aventura en la vida, lo que no pense es que traeria estas cosas, sexo, morbo, control, chispa, vamos que chisporroteo cada vez que bajo a la oficina jajajajaja

Cuando terminaron de montar la oficina comenzaban una nueva andadura juntos, una nueva experiencia y aunque era de los dos, una vez solos, el le dejo claras sus intenciones. Cuando yo venga, no llevaras ropa interior, camisetas o jerseis anchos y pantalones faciles de bajar, llegaras antes que yo, y te dire como quiero que me esperes en cada momento, haras lo que te pida, solo tienes que obedecer y disfrutar.

El primer dia antes de llegar le mando un mensaje, recuerda las normas, nada de ropa interi...

Tercera Parte de La Transformación

Voy por primera vez a la universidad con este nuevo cuerpo.

Un ruido me sobresaltó en medio del sueño. Abrí los ojos, de inmediato sentí el calor del cuerpo de Javi junto al mío. Extendí la mano hacía el reloj, intentando no perturbar su sueño, pero era tarde. Javi abrí los ojos y me miró, me sonrió. Apagué el despertador, y Javi se acomodó nuevamente junto a mí.

—¿Por qué pusiste el despertador?— Me preguntó Javi con una voz modorra y aterciopelada. —Voy a ir a la universidad—. Le dije como si fuera lo más normal del mundo.

—Así—, Javi ni siquiera me mi...

El amante de la Sra. Carlota

Esos negros amores clandestinos...

La Señora Carlota tenía un amante. Un amante fuerte, vigoroso, tremendamente viril. Y negro. Fue sobre todo esto último lo que más impresionó a la Señora Carlota aquella mañana de abril que le conoció, volviendo de la compra con el carrito cargado de lechugas, perejil, pan, vino, lentejas, fabada asturiana Litoral, callos a la madrileña y veinticinco años de fiel matrimonio, de mañanas de mercado y domingos en la sierra. Se encontraron al lado de la ferretería, frente a una tienda de oscuros deseos y callad...

Placeres.

Un hombre fantasea con hacer una mamada en el baño de un estacionamiento. Lo hará, pero será un poco diferente a lo imaginado. Desde ese momento, se vuelve la primera vez y el causante de muchos placeres.

¡Saludos! No soy muy de escribir historias "gays" -vamos, que las lesbianas también somos gays-, pero, toda apuesta tiene que ser pagada, así que debo hacer un relato que superen al menos los cinco capítulos, y como soy pefeccionista jaja, Aquí la primera parte, algo corta, lo sé, pero es casi que una introducción. Espero les guste (:

[♦♦♦]

La verdad, no sé ni para que vengo. Estoy en los baños del estacionamiento subterráneo, los baños más solitarios de todo el centro comercial. La gente prefie...

Naufraghost

Un yate naufraga después de salir del puerto de Cartagena con dos mafiosos, dos bellas chicas de compañía y un atormentado guardaespaldas a bordo. Los supervivientes entablarán una tórrida relación, aunque nada es lo que parece en realidad. ¿O sí?

NAUFRAGHOST

Barcelona, Agosto 2015

Jennifer y David paseaban cogidos de la mano por el muelle del Port Olímpic de Barcelona. Era su primer paseo por la ciudad a la que David acababa de ser destinado. Un sargento de aduanas tiene la obligación de conocer al detalle todos los rincones de su lugar de trabajo y David era un guardia civil concienzudo y responsable, pero aquella mañana de verano lo único que le importaba era la felicidad de su compañera, su rostro radiante, en el que apenas se dis...

Simplemente, deseo.

Las olas rompían suavemente contra nosotros, dejándonos totalmente empapados, pero no nos importaba. En aquel momento mojarnos por el mar era lo que menos nos importaba.

Jorge y yo llevábamos dos meses conociéndonos, y aquella noche de septiembre había aceptado a que me él invitara a cenar al restaurante que él escogiese. No tenía ni idea de dónde me llevaría, pero por si acaso, decidí arreglarme bastante, pero sutil. Me puse un vestido blanco, ceñido al cuerpo, de escote palabra de honor y de largura hasta mitad de muslo, con unas cuñas rojas preciosas a juego con el color de mis labios, ya que ese color hacía que parecieran el doble de gruesos, lo cual me dibujaba una boc...

Sueños enlatados

Júpiter y Tupami prueban un programa de realidad virtual erótica en el cual él es un poderoso guerrero virgen, y ella ha robado una valiosa reliquia de su Templo.

-Sólo es un juego – sonrió Júpiter . Tupami decía que no le gustaban los regalos, que le daban un poco de miedo. “Cuando alguien te regala algo fuera de una fecha señalada, casi siempre es porque quiere algo a cambio, o porque ha hecho algo que quiere que le perdones”, había dicho cuando Jupi le ofreció el aparato, pero éste le explicó que no se trataba de un regalo, puesto que no había gastado nada en él, sólo lo había reparado. ...

Un día no tan normal

Me quito el sujetador. No como nos quitamos las mujeres el sujetador todos los días, sino como las mujeres del cine se quitan el sujetador cuando quieren seducir a los hombres del cine. Primero un hombro, luego el otro. Luego el broche, pero no tan aprisa. Me sonrío a mi misma.

Hay días que el tiempo te sorprende.

El reloj avanza y las cosas acaban siendo menos cotidianas de lo que prometían.

06:50

Últimamente hay días que Juanjo se despierta pronto y con vigor. Cuando tus hijos van dejando poco a poco de ser pequeños, poco a poco se recupera tiempo marital. Aunque sea en franjas horarias no recomendadas para tener un sueño placentero. Y mi marido, últimamente, ha recuperado el apetito mañanero. Con dos universitarias y un preadolescente en la familia, parece...

1 – Shantal, la curandera venenosa

De la colección 'Los 69 suspiros de Nubilius'

Shantal era una annajji que se dedicaba a cuidar ancianos y moribundos a quienes prometía curar de cualquier mal.

Sin embargo, lejos de curarlos, la pequeña ladrona les daba pócimas de lento veneno que hacía pasar por remedios.

Vestida de maga y con turbante, la mujercita de falsa sonrisa amable se encargaba de embriagar a sus pobres victimas, a las que enajenaba hasta sacarles la última moneda de oro.

Si el enfermo tenía familia, Shantal les aseguraba haber hecho todo cuanto estuvo en sus...