El cubo: Grande, blanco y vacío...
El inicio de una larga espiral descendente rumbo a la perversión...
El cubo: Grande, blanco y vacío...
*Al verla parada frente a ella tan sola, desnuda, tan frágil, con aquellos ojitos rasgados, color café, cuya mirada parecía perdida en algún lugar entre su alma y el infinito, lo único que se le ocurrió a la pelirroja fue acercarse lentamente, tomarla por los hombros, besarla con gran delicadeza en los labios... e incrustar violentamente una rodilla en sus genitales; al instante, los ojos de la pelirroja se llenaron de lágrimas y se posaron por un momento en...