La Rosa

La perrita se despierta despacio, desperezándose dentro de su cestita, situada a los pies de mi cama. Lo primero que hace es mirar hacia la cama de su Amo, sabe que cada mañana debe despertarse antes que el, subirse a la cama y despertarlo con una exquisita mamada...

LA ROSA

La perrita se despierta despacio, desperezándose dentro de su cestita, situada a los pies de mi cama.

Lo primero que hace es mirar hacia la cama de su Amo, sabe que cada mañana debe despertarse antes que el, subirse a la cama y despertarlo con una exquisita mamada, que además le sirve a ella como desayuno, el mejor desayuno que una perrita puede esperar, la leche caliente de su Amo.

Pero hoy se ha dormido y su Amo no esta allí, mira el reloj y es tardísimo, la cama de su Señor...

Día tres. La perdición

6:00 como cada día suena el despertador, he de levantarme sin demora me meto en la ducha y me desayuno un café solo, miro el correo por si tengo algún mensaje.

Día tres

6:00 como cada día suena el despertador, he de levantarme sin demora me meto en la ducha y me desayuno un café solo, miro el correo por si tengo algún mensaje.

Me despido de Carmen con un beso mientras duerme y de Lidia (mi hija) con otro beso. La observo en silencio... a sus 16 años está muy buena, en edad folladera, y además ha salido a su madre es guapetona, la veo con su camisola de dormir la tiene bastante subida se le ve el tanga que tiene puesto y eso me produce una ligera...

Escuela de perras (2)

Segunda parte de esta historia quizas poco original en su planteamiento, pero con la esperanza de darle un nuevo giro de tuerca excitante y morboso. O al menos hacerles pasar unos placenteros minutos de relax.

Fe de erratas: En el ultimo párrafo del capitulo anterior, donde puse veintena, quise decir en realidad treintena. Un lapsus del subconsciente, supongo.

Nota del autor

Nerea quedó apenas vestida por una diminuta combinación de bragas y sostén que a duras penas tapaban sus colmados senos, con la mirada baja incapaz de sostener la voraz miraba de aquellos cinco pares de ojos.

-Quítatelo todo – exigí en el mismo tono de voz quedo, paradójicamente no exento de tajante autoridad.

...

Esclavas en un mercado de oriente

Dos jóvenes cristianas son capturadas durante las Cruzadas por los musulmanes y vendidas como esclavas en el mercado de una lejana ciudad.

Las dos salimos temblando y nuestros suspiros se pueden escuchar por encima de los gritos de los compradores y de los mercaderes, por encima de los berridos de los animales y de los crujidos de las ruedas de los carros.

Estamos completamente desnudas y nuestros cuerpos blancos deslumbran a la audiencia. Somos cristianas caídas en desgracia, hijas de cruzados capturadas por los infieles mientras estos estaban luchando. Nuestro destino es incierto.

Después de muchas semanas de caravana por e...

Escuela de perras

Nada nuevo bajo el sol, pero quizas excitante y morboso.

Prologo

A mis 40 años largos y después de tener varias esclavas por diferentes periodos de tiempo a mi servicio, tuve una brillante idea que de funcionar me solucionaría varios problemas a un mismo tiempo:

La dificultad de abastecerme de un variado numero de mujeres de todo tipo de condición, clase social, edad, y físico.

Pues aparte de su sumisión y humillación total ante mi, lo que mas me excita es la variedad.

Además, me permitiría olvidar un trabajo rutinario que no me aport...

Prisionera en un tarro de cristal

No reconocer su condición ante la perversa hermana de su ex le costará muy caro. Y a su actual novia mucho más.

Carlos había empezado a preocuparse. Hacía un buen rato que su novia tenía que haber regresado juntó a él después de haber ido a pedir un cubata en la barra de la discoteca. La había intentado localizar mediante el móvil pero siempre obtenía la misma respuesta: tonos, tonos y más tonos. Al final, pese a todo, le llegó un SMS suyo:

"KRIÑO, NO ME NKUENTRO BIEN. STOY EN EL LAVABO DE LAS XIKS"

El chico se tranquilizó al ver que Carla daba señales de vida pero le incomodó el hecho de que se enco...

Jeni y Rosa (4)

El miedo hace hacer cualquier cosa.

Me sacó del pensamiento la voz de Rosa que preguntaba; "¿quieres librarte de otra tanda?"...

"Sí, ama, claro que sí, ordéneme algo, por favor", dije yo y, en mi voz, había tal tono de suplica, o de desesperación, que hasta Jeni se echó a reír con lo trabajada que ya estaba en ese momento. Yo tenía solo una esperanza a esas alturas, que llegara de una vez Marta, me diera una tunda de padre y muy señor mío y me mandara, al fin, al hospital, porque cuanto más tardara la otra, más palos me daría Ros...

Adiestrando a las hijas de mi jefe (3)

Isabel, mi secretaria, me ofrece su ayuda para enseñar a las dos hermanas. Bajo su experta batuta, las muchachas se convertirán en perfectas sumisas.

Esa mañana, decidí que tenía que cambiar de táctica, no fuera que las privaciones a las que tenía sometidas a las dos hermanas hicieran mella en sus cuerpos, y enfermaran. Para ello, debía encontrar una persona que me las cuidara mientras yo trabajaba. El problema era quien, no conocía a nadie que me inspirara la suficiente confianza para dejarle a Natalia y a Eva a su cuidado.

Nada más despertarlas, la obligué a darse un baño, a peinarse, y a pintarse, ya que las quería en plena forma.

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Queriendo a Elisa

Eli había celebrado su despedida de soltera y a pesar de que yo había empezado la noche medio enfurruñada, debía reconocer que lo habíamos pasado tremendamente bien.

7 -Diciembre -2007

Queriendo a Elisa

Eran las seis de la mañana cuando nos metimos en la cama. Llevábamos las dos unas cuantas copas de más y todavía nos duraba el entusiasmo que deja una buena noche de juerga.

Eli había celebrado su despedida de soltera y a pesar de que yo había empezado la noche medio enfurruñada, debía reconocer que lo habíamos pasado tremendamente bien.

Como siempre que salíamos hasta tarde, ella se quedó a dormir conmigo. En aquellas ocasiones teníamos cost...

El Viaje (9)

Dedicado a Pedro M, un chico de Madrid por alentarme para continuar la historia.

El viaje – Capitulo IX

Estaba intentando abrir los ojos pero algo me lo impedía, con algo de esfuerzo al fin pude ver la luz, y contemplar mi cuerpo todo lleno de restos de esperma de la orgía del día anterior. Me costaba trabajo moverme, el dolor en todo mi cuerpo me lo impedía, conseguí ponerme de pie y dirigí mi vista hacia el espejo. Era patética la figura que tenia, una peluca desordenada, el corsé con manchas de semen y las medias hechas jirones y a todo esto añadir, mi rostro lleno de col...