Esposas Perfectas S.L. (I)

Una sociedad de hombres extraordinarios. Un nuevo socio. Una hembra que necesita dueño.

Esposas Perfectas S.L. (I) - El regalo de bienvenida

"Una sociedad de hombres extraordinarios. Un nuevo socio. Una hembra que necesita dueño"

La hembra permanecía de pie sobre altísimos tacones de aguja; las manos cruzadas sobre el regazo, las piernas juntas, la espalda recta, firme. Una estatua de carne prieta, un mueble más adornando la lujosa habitación. Puede que incluso el más caro. Puede. La mirada culta de Sebastian reconoció la firma de Dalí colgando de una pared. Justo al lado, sobre fo...

La sumisión de Leo

Este es mi primer relato para esta web. Es de contenido femdom y relata la inciación a la sumisión de un chico. Espero que les guste. Agradezo cualquier comentario u opinión, ya sea aquí o en mi mail planetaerotico@gmail.com.

Me llamo Leo. Tengo 28 años y, a pesar de mi timidez, siempre he tenido buena suerte con las mujeres. Soy delgado, mido 1,75 y me mantengo en buena forma, aunque no tengo uno de esos cuerpos cincelados de gimnasio. En realidad soy un tipo bastante normal, hasta a veces me considero poca cosa. Por eso digo que tengo suerte con las mujeres. Me sorprendo cada vez que me acuesto con alguna. “¿Por qué yo?” me pregunto. Ni siquiera soy especialmente atrevido o simpático. Ellas dicen que tengo una forma bonita de...

Él y ella I - Partirse en dos

"Pensando qué más podía hacerla solo por el hecho de saber que podía" Primer relato de una saga de dominación (D el y s ella)contado a dos puntos de vista. Bien escrito, va in crescendo) "Quiero que siga. Quiero que haga más. Quiero que me lo haga todo"

Soy Lovelace, tengo 22 años y soy de Madrid. Este es mi primer relato, me he registrado exclusivamente para compartirlo con vosotros. Agradezco cualquier comentario y sobre todo las críticas, para mejorar.

Como extra al relato añadiré al final un detalle sobre el "making off" :O

-Vamos a casa

-Aún no hemos terminado,  falta comprar la fruta...

-Vamos a casa, ahora. ¿Por favor? Lo dice poniendo carita de cachorro, haciéndola reír.

**-Vale, vale,  muy bien. Vamos...

El Baile (I)

La boda de un primo le permitirá a Javier tener la experiencia sexual que tanto ansía.

El baile era un completo aburrimiento. O por lo menos lo sería de no ser por Fabiola, pensaba Javier. Su prima era el centro de todas las miradas, y no era para menos: 1,70, 90 de pecho, un trasero bien puesto, rubia de ojos verdes y unos labios que hacen volar la imaginación.

Javier la miraba con fijación y morbo desde su esquina, deseando que ella lo mirara al menos una vez, que lo sacara a bailar y le besara como estaba besando a aquel tipo calvo y musculoso, amigo del hermano de la rubia, y anfitr...

Mi vida en la esclavitud 3

El hombre misterioso me hace una propuesta, una pequeña prueba de sumision.

Capitulo 3: La Propuesta

Me había quedado sorprendida al escribir esas palabras, pero era algo que yo deseaba muchísimo.

Mr. X: Vaya, me gusta tu comentario. Pero dime corazón has sido sumisa, has tenido Amo.

Danisumisa: No, solo lo he practicado.

Mr. X: Solo practicado, haber cuéntame, desde cuando lo has practicado.

Le empecé a contar que desde los 15 años, sentía curiosidad por la dominación y el bondage, que me gustaba estar atada, que lo practicaba con mis amigas o con mi...

Ella ganó la apuesta

En las tres ocasiones que me había acostado con ella me había permitido que hiciese con su cuerpo todo lo que quisiera y sin rechistar en ningún momento. Sabía que se excitaba cuando la ataba a la cama y hacía que me suplicara que se la metiese hasta el fondo, pero aquel día todo cambió.

En las relaciones sexuales me gusta ser quien lleva la voz cantante y con esa chica no había sido diferente. En las tres ocasiones que me había acostado con ella me había permitido que hiciese con su cuerpo todo lo que quisiera y sin rechistar en ningún momento. Sabía que se excitaba cuando la ataba a la cama y hacía que me suplicara que se la metiese hasta el fondo, pero aquel día todo cambió.

-Pierdes la partida, así que tendrás que acompañarme al cine

-¿Para ver ese rollazo de comedia románti...

Mi vida en la esclavitud 2

Entro a una sala de chateo y conozco a un usuario interesante.

Capitulo 2: El chat

Faltando unos meses para que cumpliera mis 21 años, recibí una buena noticia para mí en mi correo, me estaban dando la oportunidad de trabajar en una empresa, solamente que era en otro estado, por fin tendría una casita para mi solita y poder practicar el bondage y tener tal vez un Amo. La verdad no fue fácil, pues mis padres no querían que me fuera sola, pero terminaron aceptando, busque en internet un lugar cerca para rentar alguna casita, y había encontrado una la cual me gusto...

Hayner y Mimio, las dos mascotas de Izaak. (III)

Los deseos de Hayner son para Izaak transparentes como el cristal...

Los días habían ido pasando demasiado lentos para el gusto de Hayner. Normalmente es complicado llegar a disfrutar de una jornada en la cual te pasas la mitad del tiempo empalmado y la otra mitad recibiendo descargas por ello. Eran tantos los insufribles calambrazos que había tenido que soportar que por las noches se despertaba entre espasmos soñando que las descargas aún continuaban.

Por supuesto una vez estaba despierto su reacción era siempre la misma, debía asegurarse de que la muralla de al...

Una chica escéptica.

Una jovencita aprendiz de sumisa y un dominante maduro venido a menos cultivan una amistad en la que el sexo parece algo lejano e imposible...

Habitualmente, las historias que cuentan una primera vez suelen ser las preferidas a la hora de recrearlas. Quizá el motivo es que son las mejores: El primer encuentro siempre está –en caso de que salga bien- cargado de emoción, misterio, magia y sensaciones nuevas. Esta es una de ellas, una más, tal vez sin nada en especial, salvo todo lo especial que tienen los relatos basados en hechos reales, recientes y cuyos protagonistas –también reales- difícilmente olvidarán.

Y como muchas historias, los prot...

Historia de andrea (2)

Continua el adiestramiento

Yo me quede solo con la perra. Le quite la mordaza y comenzó a hablar, bueno mejor dicho a gritar.

-Silencio –le grite a mi vez- los perros ladran.

No hizo caso, por lo que desenganche su correa y comencé a darle correazos en las nalgas. Trato de huir, pero como estaba trabada no pudo, tampoco podía usar sus manos para tratar de taparse. Seguí con los correazos. Oí como ladro una vez, continúe con los correazos en sus nalgas y muslos. Comenzó a ladrar de forma continua. Deje que pasara un minuto...