El Detective IV
El Inocentón
CAPÍTULO 4: EL INOCENTÓN
Mientras miraba a estas bellezas armadas mi miedo se mezclaba con una cierta emoción erótica. Estaba completamente seguro que ninguna de aquellas mujeres era muy experimentada en armas de fuego lo que hacía más real la amenaza que representaban sus dedos en el gatillo. Sin embargo ni la oscura Chantell ni la pálida Sheila se habían preocupado de ponerse ninguna ropa antes de su representación, y el pensamiento de que mi vida terminara con esta vi...