Rebeca valora su primer día de perra

Nuestra protagonista hace una valoración de sus primeras 24h de perra.

Este relato es la continuación de “Rebeca y su marido acude a casa de Alfredo (2/2)”, es aconsejable leer antes los textos anteriores.

A la mañana siguiente Rebeca se despertó antes de que sonara el despertador que se había puesto para no llegar tarde a su cita con el médico. Se levantó para ir al aseo y mientras estaba sentada orinando su marido entró:

  • He pensado que no quiero que la primera leche que te entre por esa boquita sea la de otro, así que abrela bien que te la voy a follar. No emit...

Necesitaban chica

Una señora rica abusó de mí cuando me presenté a trabajar

NECESITABAN CHICA

Soy andaluza de origen mexicano, y vivo en una ciudad cuyo nombre me reservaré, por discreción. Puesto que todo lo que voy a contar es real.

Tengo 18 años, buen tipo, labios carnosos y estatura media. Busco trabajo en el mundo del flamenco, que es lo mío, como relaciones públicas, e incluso bailaora en un nivel medio. ¡Qué sé yo! Pero nada, no encuentro. Mami no trabaja, no tengo hermanos y con lo que gana papá vamos justitos. Por tanto, un buen día respondí a un anuncio de chi...

El renacimiento de Julia. Capítulo 17.

El entrenamiento en la finca. Contiene gangbang, dominación y ponyplay

El entrenamiento en la finca

Las primeras luces del día me despertaron. Abrí los ojos somnolienta y me sorprendí un poco al encontrarme en el establo. La verdad es que a pesar de la poca comodidad de la que disfrutaba había dormido como si estuviera en la mejor suite de un lujoso hotel. El cansancio que había acumulado y la relajación que me había producido la liberación de toda la tensión sexual acumulada durante estos últimos dos meses me habían hecho dormir como un bebé. O más bien como una potr...

Año nuevo, y el cinto viejo

Isaac decide poner paz y orden en la comida de Año Nuevo, para recordarles a sus féminas lo que pasa cuando discuten entre ellas sacando constantemente los trapos sucios de la familia.

Año nuevo, y el cinto viejo

Isaac Petrovic emigro con veinticinco años de su Rumania natal para instalarse en España. Lo hizo acompañado de su querida Katherina, y juntos formaron una familia de cinco componentes, pues de su unión nacieron sus tres hijas. Amanda la pequeña de veinticinco  años y estudiante de derecho, Clara de treinta cinco casada y con un hijo pequeño, y Sofía la mayor de treinta y ocho años y con una hija ya de dieciocho años a la que  llamaron Ylenia.

Como cada final de año t...

Dominando a mi amiga lesbiana

En un viaje y sin esperarlo, consigo someter y encular a una amiga lesbiana , y empieza un juego de machos entre ella y yo.

Hola de nuevo. Esto ocurrió este otoño, en un viaje por los pirineos.

Nos fuimos mi follaamiga fija, Patri, 48 años,1,60, delgadita, pero con unos muslos gordezuelos, y unas tetitas de adolescente. Elena, lesbiana declarada, 42 años, 1,75, y como una ironía de la naturaleza, ella que no quiere parecer mujer …100 de tetas ,su cara fina, en sus intentos de no parecer femenina, y un tipazo,…. piernas largas y un culazo , con sus caderas anchas, aunque no le gusta marcar ni ir apretada, pelo corto que va...

Rebeca visita la farmacia del pueblo

Nuestra protagonista visita la farmacia del pueblo siguiendo las instrucciones del médico. Su visita será de lo más peculiar.

Este relato es la continuación de “Rebeca en las pistas de esquí”, es aconsejable leer antes el primer texto.

Espero que la lectura esté siendo de vuestro agrado y que disfrutéis tanto leyéndolos como yo escribiéndolos.

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Yo procedí a vestirme lo más rápidamente que pude y abandoné la consulta en dirección al telesilla. Entrando en el hotel empecé a notar los retortijones, afortunadamente tengo un buen control de mis esfínteres y soy capaz...

Rebeca y su marido acuden a casa de Alfredo (1/2)

Rebeca acude con su marido a casa del médico, aceptando así la invitación que éste les había hecho.

Este relato es la continuación de “Rebeca visita la farmacia del pueblo”, es aconsejable leer antes los textos anteriores.

Al poco de llegar a la habitación lo hicieron también mi marido y mis hijos. Yo ya me había duchado y vestido, para evitar que nadie viera las nuevas novedades de mi cuerpo. Mientras los “niños” se duchaban y cambiaban mi marido me preguntó:

  • ¿Has hecho lo que te ha dicho el médico?
  • Sí, he utilizado lo que me ha dado y me he duchado después.
  • ¿Has ido a la farmacia?
  • Sí...

Rebeca y su marido acuden a casa de Alfredo (2/2)

Llega un nuevo invitado a casa de Alfredo, los cuatro van a pasar una velada bien entretenida.

Este relato es la continuación de “Rebeca y su marido acude a casa de Alfredo (1/2)”, es aconsejable leer antes los textos anteriores.

Mientras yo obedecía la última orden que acababa de darme nuestro anfitrión ellos se sentaron en los sofás a beberse sus cervezas y empezaron a hablar de sus preferencias sexuales. Barría a lametones en una postura de lo más incómoda la mesa sobre la que había estado prácticamente todo el tiempo que llevaba en aquella casa cuando sonó el timbre de la casa, pude ver e...

Primera vez en el área de descanso.

Un área de descanso en una autovía. Ella obedece aunque la entregue a un invitado.

Primera vez en el área de descanso.

Recuerdo que sucedió al amanecer, según volvíamos de ese Motel de carretera donde tanto te gusta poner los cuernos a tu marido.

-. ¿Qué ahora tienes ganas de hacer pis?. Joder… Vale… Hay un área de descanso cerca… Antes era un sitio donde las parejas venían a follar en los coches. Alguna lo hacía fuera, la voz se corrió como la pólvora y se llenó de mirones. Ahora es un sitio de “cruising”. Aunque lo que más hay son gays. Sobre todo, desde que les cerraron “El...

La pareja perfecta

Insistió que quería verla con otro, follando con otro, la verdad es que no le apetecía ni lo entendía, pero al final accedió para complacerlo, aunque seguía haciéndome poca gracia.

Llevaban diez años casados, ella tenía veintinueve cuando lo hicieron, aún se conservaba bien, con un buen cuerpo, que había cuidado, de nalgas aun tersas y pechos quizá poco grandes para el gusto de algunos hombres, pero bastante firmes, se cuidaba para él, sí, pero también porque le gustaba, le gusta aún, que los hombres la mirasen, aunque no hubiera permitido que alguno hiciera algo más que esto. El, la verdad, a sus cuarenta y cuatro, había criado algo de barriga cervecera y no podía esconder su sobrepe...