Inducido por mi hermana III: A merced de mi prima
Adela despierta recibiendo besos cariñosos de su sumiso hermano, y le castiga por tomarse esa libertad, pero luego alivia su sufrimiento con caricias que en realidad le inducen mas. Más tarde se mudan unos días al piso de Sofía, su tía.
Un escalofrío recorrió su cuerpo y respondió.
Yaiza contempló con burla su posición ante Elvira. Él no soportó la mirada ni la humillsción, pero Elvira le obligó a mirarla y tras mirarse mutuamente cara a cara, de nuevo la perversa sonrisa de la chica que estaba disfrutando abiertamente, provocó que una lágrima corriera por su mejilla sin que pudiera evitarlo, lo cual las chicas y especialmente Elvira disfrutaron aún mas y así se lo demostraron al ordenarle con una voz melosa, dulce y a la vez burlona...