Meada en la calle. Tercera parte
Humillación pública y tributo. Sumisa se mea caminando.
Salí con vestido y sin ropa interior, tal como había ordenado.
Era un día más menos fresco, por lo que opté por un vestido largo, abotonado a medio muslo, de tal forma que al caminar se abriera y se vieran mis piernas.
Fui en bus a enviar mi tributo acordado, un tanto nerviosa, acabando en el camino al sólo imaginar el momento en que realizaría la transacción.
Había bebido 2 litros de agua durante la mañana, por lo que mientras acababa, sentía unas imperiosas ganas de mearme ahí mismo.
...