El caballerango
El caballerango, se prendió de mis labios, mediante un ansioso beso, que casi me los revienta; introduciendo su lengua de reptil, dentro de mi boca, hasta casi llegarme a la campanilla, ocasionándome un poco de reflejo nauseoso; para luego, de nuevo girarme de nalgas hacia su persona, dándome picones con su gran erección, sobre mis calzones con la faldita levantada.
Durante toda mi vida, he sentido una gran admiración por la enorme belleza de los caballos. Sin ser ninguna experta, me impacta todo aquello relacionado con las cuestiones hípicas, y en particular, lo referente a los apareamientos entre estos animales; admirando con enorme curiosidad sexual, la pujanza del enorme pene del macho, y la gran resistencia de la hembra para soportar los embates; y al final, observar cuando el caballo extrae su enorme órgano sexual, chorreando una cantidad increíble de semen, fuer...