Confinado con Tía Carmen 3
Tía Carmen continuó haciendo mis fantasías realidad. Primero me depiló y jugó con mi culito. Después, por la tarde, me llevó hasta su cuarto para una fetichista fiesta de ropa interior.
La mañana siguiente desperté en la cama de mi tía pensando que todo había sido un sueño. Al verme desnudo y en aquella habitación me di cuenta que el sueño había sido muy real. Me levanté, fui al baño y después a mi habitación para vestirme con un viejo chándal de estar por casa y una camiseta.
Tía Carmen desayunaba en la cocina. Su vestimenta era de lo más sugerente, al menos para mis fetichistas estándares. Llevaba un delantal blanco, sin nada más debajo que unas bragas color carne, del tipo de viej...