El bufete y el viaje con Susana (y 3)

Tras diversas aventuras y vicisitudes, el desenlace de la misión y mi reencuentro con Antonia.

Este relato pertenece a la serie de “el bufete”. Su lectura es completamente independiente de tres de los relatos anteriores, “El bufete de la perversión”, “El bufete del sexo” y el “El bufete y el oro”, y es continuación de “El bufete y el viaje con Susana 1 y 2”, por lo que recomiendo la lectura de estos últimos para entender bien esta tercera y última entrega. Espero que lo disfrutéis todos y especialmente Susana como protagonista de nuevo de él.

Aterrizamos a la hora prevista, como llevábamos só...

Jugando al póker con mi hermano. Final

Continúa el relato donde se quedó, me follo a mi hermano sin saber que yo también recibiría.

Al entrar me vio y se incorporó al ver que me desnudaba dispuesto a hacer realidad su fantasía.

-No me lo puedo creer -pensé -voy a follarme a mi hermano.

Me tumbé sobre él y empezamos a besarnos y tocarnos por todo el cuerpo.

Nuestros penes se tocaban y nuestras lenguas jugaban en el interior de nuestras bocas.

Separé mis labios de los suyos y los deslicé por su cuello, su pecho y su vientre hasta llegar a su polla que volví a besar y lamer.

-No aguanto más, necesito que me fo...

Otra y van

Vecinos, hija-padre, hijo-madre así fue la historia

otra y van?

Si otro relato donde puedo confesar mi aventura sexual de los últimos años.

Soy Florencio, y me llaman Flores, ahora 19 años ya en la espera de ser papa.

No soy casado, simplemente soy el afortunado amante de mi madre.

No soy muy agraciado, tampoco un alfeñique, mido 1,55, y eso 49 kilos, tez mate, ojos negros, pelo corto, morrudito, y con una pija de solo 16 cm por 4.

Mama una mujer de 42 años grandota para mi de 1,60, y 52 kilos, no es flaca pero tampoco obesa, ru...

Como matar el bicho que picaba a su hijastra

Leoncio había conocido a una mujer con la que pronto se puso a convivir. Su nueva pareja tenía una hija, a la que cuida como suya propia. Nada ocurre hasta alcanzar la joven su mayoría de edad, quien ansiosa por ser tomada por su padrastro, idea un plan para tratar de llevar a la cama al mismo.

Leoncio tras su divorcio con su primera mujer, y ya a la edad de cincuenta y tres años, y transcurrido unos años sin pareja, por fin encontró a Camila. Esta era una mujer mucho más joven que él, que poseía 36 años, que sin ser bonita tenía un cuerpo bastante elegante. Tras unos meses de conocimiento, ambos decidieron ponerse a convivir, trasladándose Leoncio a la casa de aquella.

Cuando Leoncio encontró a Camila, la misma era viuda y con una hija llamada Rita que por aquel entonces solo era una cría d...

Clara y Lorena V. Aventuras familiares

Natalia, así se llamaba la hermana de Lorena, tenía 38 años. Fue verla y darme cuenta que realmente no era muy parecida a Lorena. Era más alta, un poco más gordita, con muchas más tetas y no tan linda de cara. Lo que sí tenía a su favor eran unos ojos azules tremendos.

Natalia, así se llamaba la hermana de Lorena, tenía 38 años. Fue verla y darme cuenta que realmente no era muy parecida a Lorena. Era más alta, un poco más gordita, con muchas más tetas y no tan linda de cara.  Lo que sí tenía a su favor eran unos ojos azules tremendos. Tenía un poco más de aspecto de señora que Lorena, y en la cara tenía siempre un rictus de seriedad que intimidaba un poco.

Empezamos a hablar de la vida. El centro de atención seguía siendo mi hermano y su vida en Australia. Natalia s...

La madre de mi mejor amigo

—Está bien Beltrán, te lo diré: Tu lengua bajo mis bragas

17

Ana se levantó aceleradamente y trató de despedirse rápidamente de mí.

—Bueno Beltrán, ¡uy qué tarde es, me voy ya!

Me levanté con ella y como buen anfitrión la acompañé a la puerta, donde mi madre ya estaba cerrándola.

Al girarse nos vio a Ana y a mi salir a su encuentro y entonces los tres nos quedamos parados al vernos, como si el tiempo se hubiese detenido y después, como si alguien le hubiese dado a “play”, continuamos.

— Bueno Beltrán, ¡gracias por los bombones! —dij...

Un yerno para mi

Una lujuriosa suegra a la que nada le importa solo su propio goce...

UN YERNO PARA MI

El chico llegó a mi casa cuando tenía veinte años. Novio de mi hija menor Isabel, una rubia hermosa, muy parecida a mí, que soy su madre.

Fede llegó con su sonrisa de machito ganador. Bastante extrovertido. Con un cuerpo de atleta, se cuidaba como si fuera un deportista.

Mis hijas, las dos vivían conmigo, yo estaba separada hacía años. Mi ex ya tenía otra familia, yo no había tenido tiempo para eso, porque me había dedicado a mi trabajo, un trabajo muy bueno que hoy en...

Dos hermanas de aldea

Dos hermanas con pocas luces cuentan a un muchacho sus experiencias familiares gozando de él.

DOS HERMANAS DE ALDEA.

A primeros de los ochenta, en La Galicia profunda no abundaban los lujos, la población  de las aldeas tenía dos caminos, o emigrar o dedicarse a la tierra y el ganado. Fue por ello que la gente del lugar se sorprendió con la llegada de una nueva familia, padre, madre, una hija de unos veintitrés, un hijo de dieciocho y el pequeño de trece. Se compraron una finca grande, de unos cinco mil metros, la cerraron y la fueron preparando poco a poco, construyeron un galpón, una case...

Dos hermanas de aldea. parte 2.

Dos hermanas cortas de luces cuentan a un muchacho sus experiencias sexuales en familia

DOS HERMANAS DE ALDEA  ( SEGUNDA PARTE )

Fran observaba como las hermanas ni se habían dirigido la palabra al cruzarse por el miedo de Marina a que Otilia le quitara los pastelitos, poco a poco se fue acercando la nueva, entró en la caseta y se sentó en la silla, ummm, ummm, olisqueaba el ambiente como una alimaña en el bosque

F: Qué pasa Otilia ¿? Te huele mal ¿?

OT: No, huele a hembra, a las bragas de mi hermana

F: No sé, pues a mí me huele a cola cao, toma, come pasteles.

...

AVENTURAS Y DESVENTURAS HÚMEDAS. Primera Etapa 20

Los tres en el jacuzzi

La mujer le miró con ganas, con unos ojos de cazadora que el joven podría haber confundido con la de una Leona en mitad de la sabana. Carmen se introdujo en el agua con lentitud, primero su trasero, el cual sentó con calma mojando así el bikini rosa que llevaba. La parte de arriba no llegó a mojarse, solamente la atadura que tenía en su espalda, que junto con el nudo del cuello sujetaban y escondían unos senos que Sergio deseaba volver a ver.

El disimulo en ambos brillaba por su ausencia, según traspa...