Pueblo Sin Nombre (5)

Entonces sus manos se colaron de nuevo bajo sus bragas y pasaron por encima de su..

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Segunda sesión con Rosario

Por la mañana, antes de ir a visitar a Amiel, Tobías pasó a comprar el pan, un pan por el que no pagaba desde su trato con Rosario, pero él iba tanto por aquel rico pan como por su sonriente panadera.

—¡Buenos días Tobías!

—Buenos días Rosario! La mañana luce espléndida en un espléndido día y aquí me tienes de nuevo a demandarte mi pan nuestro de cada día.

—¡Qué bonito Tobías! —exclamó Rosario.

—Un poco cursi, ¿no? —dijo en voz alta Tobías....

Pueblo Sin Nombre (4)

Casi adormecida, Dorotea se dejó masajear ambos...

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Primera sesión con Dorotea

Sueños húmedos, Tobías de vez en cuando los tenía, pues tampoco era de piedra, pensó en aquella tarde, pensó en la muchacha a la que dio el masaje, pensó en la suavidad de su piel, en cómo la acariciaba y en cómo esta respondía, su corazón se aceleraba y sus músculos temblaban. Pensó en lo que había hecho bien y en lo que probablemente había hecho mal. Después de todo los libros explicaban, pero en la práctica nada se podía describir como allí se contaba así que T...

Pueblo Sin Nombre (3)

Magda asintió con la cabeza, mientras Tobías introducía suavemente sus dedos bajo las braguitas una vez más...

5

Primera sesión con Magda

Rosario le esperaba como cada día con una gran sonrisa.

—Buenos días Rosario, ya sabes lo que quiero —dijo Tobías seguro de si mismo.

—Como no Tobías, aquí tienes tus barras, las más tiernas y recién horneadas.

—Muy bien, ¿qué tal te va con el aceite?

—¡Oh bien, bien! —exclamó Rosario.

—Me alegra saberlo Rosario, sigue dándote friegas cada día y espero que pronto tus piernas mejoren…

—¡Yo también lo espero! —sonrió inocente la bla...

Pueblo Sin Nombre (2)

De repente Rosario reparó en la entrepierna de Tobías y descubrió como tras su ligera ropa de lino algo había despertado...

4

Primera sesión con Rosario

A la mañana siguiente, cuando fue a por su pan de cada día, Rosario le dijo que a lo mejor se pasaba por la tarde, después de misa, ya que acompañaba a su madre. Él le dijo que, aunque fuese domingo, para él era un día como otro cualquiera un buen día para atender a una amiga. Esta le sonrió y en eso quedaron.

Se fue a su consulta y esperó. Pasada la misa sintió tocar a la puerta, levemente, como si quisiera no alarmar a quien dentro esperaba. Allí estaba Ro...

Pueblo Sin Nombre

Y las tres siguieron su camino y cuando se alejaban, aquella joven, cogida del brazo de la que parecía su madre le miró y...

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Pueblo sin nombre

El pueblo no era ni demasiado grande ni demasiado pequeño, no estaba demasiado cerca del mar ni demasiado cerca de las montañas. Sus gentes no eran ni demasiado tristes ni demasiado alegres y en él la vida no transcurría ni demasiado despacio ni demasiado deprisa.

Tobías lo había descubierto por azar: un anuncio, una casa, un huerto trasero, no demasiado lejos del pueblo ni demasiado cerca de él. Nada más verla le encantó, sus muros de piedra, sus techos de...

Mi mamita se asustó cuando en su culito entró

Edu gruño en aquel justo instante, cuando su madre, presa de su particular éxtasis...

Mi mamita se asustó cuando en su culito entró

Ada no lo podía creer cuando ocurrió, pero ahora nerviosa comprobaba como colgaba de su dedo en su mano, el pequeño aro que antes había estado sujetando las bolas chinas con las que había jugado, pero este maldito cordón se rompió en el momento más inoportuno, con ella a punto de correrse, mientras tiraba, pues le gustaba sentir cómo salía la primera bola y luego cómo se la volvía a introducir y así en un ciclo sin fin, gozaba y se pajeaba mientras pract...