La escritora
Tienes unos pechos muy bonitos mamá...
Esa noche dormimos como troncos y no me despierto hasta la mañana siguiente. Mi madre ya ha bajado y prepara el desayuno cuando bajo yo, tomamos más leche de cabra y terminamos de colocar los muebles en su dormitorio.
—Bueno, supongo que hoy ya dormiremos separados, ¿no? —digo tras colocar la mesita de noche.
—Será lo mejor para evitar tentaciones, ¿no?
—Si, supongo que sí —me limito a asentir.
—¿Nos vamos a la playa?
—A la playa, ¿qué playa?
—¡Tonto, al río! A bañarnos,...