Princesa (5)

Cada día más juntos, cada día más sometido

Semana 13.

Incomprensiblemente para mí, después del domingo vivido, el lunes en clase volví a ser invisible para mi diosa. La pelea con Danisa no había sido tal, o al menos no lo parecía, pues estuvieron juntas desde primera hora. Sí percibí cierto distanciamiento en la actitud de Lucía, pero era prácticamente imperceptible.

La que sí estuvo solícita conmigo fue Madame Troll, demasiado, tanto que temí que descubriera el pastel en medio de clase. De haberlo hecho, yo hubiera pagado las consecuenc...

Princesa (4)

Llega la Semana Santa y mi Princesa tiene planes...

Semana 12.

El fin de semana de encierro fue durísimo.

Por la molestia que supone tener tu sexualidad cohibida, asfixiada dentro de un traje de neopreno varias tallas más pequeñas de lo que tu cuerpo necesita. Así me sentía. Estrangulado. Además de preocupado por las consecuencias higiénicas colaterales. Leí en el prospecto que el material era resistente al agua y a cualquier líquido o fluido, obvio teniendo en cuenta donde realizaba su función, pero no las tenía todas conmigo. Así que me esmeré...

Princesa (3)

Obedecer a mi Princesa es lo mejor que me ha pasado nunca... ¿también lo pero?

Semana 11.

El lunes solamente vi a mi diosa a distancia. Camiseta corporativa verde eléctrico con el logo de la escuela en el pecho y pantalón negro ceñido, pues las chicas llevaban culotte. Los chicos llevábamos un pantalón más amplio, tipo futbolista. La admiré saltar el potro, colgarse de las anillas, flexionar para sentadilla, correr dos kilómetros.

Yo también tuve que hacerlo, claro, pero dudo que me admirara. Es más, puede que ni me mirara.

Sorprendentemente mejoré notablemente en la...

Princesa (2)

Mi Princesa dispone, yo...

Semana 6.

No se lo pude entregar el viernes. Ante mi pregunta por Whatsapp , ¿a qué hora puedo traértelo, Princesa? me citó a las 6 como cada tarde, pero no me abrió la puerta. Le mandé otro mensaje preguntándole dónde estaba, pero no obtuve respuesta hasta pasadas las 7. ¿Quién te has creído que eres para preguntarme dónde estoy? Me acojoné de nuevo. Estaba tecleando que lo sentía y que no había querido incomodarla, cuando me entró una nueva frase. Tráelo el lunes, estoy liada.

Pero el lun...

Princesa (1)

Nunca había cruzado una palabra con ella... Pero el día que ella la cruzó conmigo, mi vida cambió.

Creo que nunca había cruzado una sola palabra con ella. La había visto infinidad de veces, la había admirado todas ellas, la había deseado cada segundo que había compartido espacio, aula, edificio con ella. Pero nunca había hecho nada, dado ningún paso, para lograr algo más cercano que un lejano sentimiento platónico. No era la única chica en que me fijaba, claro, pues la mitad de mis compañeras de curso, de escuela, me parecían guapísimas y la otra mitad, sin serlo, también me atraían. Es lo que tiene ser...

El eslabón débil de la cadena (3)

Retomo un relato que empezó cómo un thriller pero que viró hacia el abismo...

¿Cuánto rato ha pasado?

Aún no sé cómo, pero parece que me he dormido. Tal vez desvanecido sea la palabra idónea. Me duele la cabeza. El cuello. El occipital. Los brazos que se me están durmiendo. ¡Qué mal sabor de boca tengo! Y cuánta sed.

Apoyo la cabeza en la mesa. No logro gran cosa, pero es menos duro que tenerla colgando. Debo trazar un plan para salir de esta. Me han follado la boca cuatro veces. Sólo ha repetido Otilio. Pero tengo claro que volverán. Dudo que se contenten solo con eso. S...

La batalla

Mi sumisa me ha enviado un relato para que lo publique en su nombre. Veréis porqué me siento tan orgulloso de ella.

Habían pasado ya algunas semanas des de nuestro último encuentro. Sentía los nervios habituales: una mezcla de temor por lo inesperado, que se sumaba a la excitación por lo que venía, la tan esperada sesión con Mi Sr. Así es como yo debía llamarle, mientras que, para él, yo no era más que una perrita en período de adiestramiento, que como siempre, cometía absurdos errores de principiante.

Habíamos quedado en una esquina en el barrio de moda de Barcelona. Las instrucciones eran claras: hora, lugar e in...

En mala posición

Supongo que se refieren a esto los que hablan de sexo extremo

Más fuerte, pienso, cuando grito dieciocho.  Diecinueve, más fuerte. Veinte... mi voz, rugida, llena el comedor de Armando. Antes de cada número, un sonoro bofetón en mis nalgas ha resonado en la estancia. ¡Plas! Veintiuno ¡plas! Veintidós.

Estoy empapada, un poco de sudor, un mucho de flujo vaginal. Mi sexo arde, hambriento, deseoso de recibir las sádicas atenciones de mi amante, colmado por un vibrador de 20 cm que no deja de rotar entre mis labios. Lástima que no llegue a estimular mi clítoris, aun...

El eslabón débil de la cadena (completo)

Cuelgo la primera parte y la segunda para que tengáis una visión completa de la historia

-No puedes pedirme eso. Es demasiado.

-Puedo hacer lo que me dé la gana…

-Es el doble de lo que le pagaba a Suárez. No puedo pagar tanto.

-Podrás. -Levanta la mano para que no responda, mirándome arrogante, como el lagarto al mosquito que se va a zampar. -Suárez es historia. Tienes una casa que funciona a las mil maravillas, con cinco chicas fenomenales, buena clientela y contactos. Podrás pagar. Sé que pagarás. Ambos lo sabemos.

Trato de mantenerme segura, tragarme la indignación, s...

Afortunados

La categoría no es la más adecuada, pero no quiero desvelar el final antes de hora.

AFORTUNADO

No recuerdo nada del accidente. Tampoco sé en qué día vivo. Pero me han dicho que he estado en coma más de dos meses, setenta y dos días exactamente, y que tengo daños irreparables en el cerebro que limitan en más de un 95% mi movilidad, además de afectar a mi capacidad para hablar. Afortunadamente, me han dicho, los daños no han afectado a la parte cognitiva, así que comprendo todo lo que me dicen y, en un período de tiempo que será largo y con la gimnasia físico-mental adecuada, podré rec...