Grushenka, Cap. XVI

El final de la historia. Grushenka consigue el sueño de su vida

CAPÍTULO DIECISÉIS

La razón por la que Grushenka no quería emparejarse de por vida con el capitán de la policía estaba, sin duda, inspirada por su aversión física hacia él. Era redondo y gordo; sus brazos, nalgas, piernas (todo lo suyo, en realidad), estaban estúpidamente redondeados y desagradablemente satisfechos de sí mismos. No era un buen amante, y, cuando, una o dos veces a la semana, ponía su dardo, corto y con pinta de colilla, en su funda y se daba un buen restregón en ella (sin considerar pa...

Grushenka, Cap. XV

El regreso de Grushenka resulta bastante accidentado, aunque finalmente consigue salir adelante utilizando su sabiduría amatoria

CAPÍTULO QUINCE

El rollizo posadero se deshizo en reverencias mientras mostraba a Grushenka su “mejor habitación”. Elogió la belleza de Madame con muchas frases deliciosas, admiró su nuevo traje de viaje occidental, se humilló por tener el honor de ser el anfitrión de una señora de tanta clase.

Pero su cháchara estaba entremezclada de preguntas capciosas relacionadas con el negocio particular de su nueva huésped. ¿Quiénes eran sus familiares y parientes en la ciudad? ¿Cuál era su status y ocupac...

Grushenka, Cap. XIII

Grushenka pasa momentos felices, pero comprueba que "nada es para siempre".

CAPÍTULO TRECE

La Condesa Natalia Alexiejew y su marido, el Conde Vasilis, eran aristócratas rusos del antiguo régimen conservador, un tipo de personas con el que Grushenka todavía no se había encontrado. Eran religiosos, estrictos y honrados, pero justos. Se sentían dueños absolutos de sus siervos, pero se sentían hacia ellos más como un padre o una madre que como amos.

Empezaban el día temprano, con una reunión para rezar que era atendida por todo el servicio. A esto le seguía el desayuno en u...

Grushenka, Cap. XIV

Sobre el tiempo pasado por Grushenka lejos de Rusia

CAPÍTULO CATORCE

El viaje de Grushenka por Europa es en sí mismo una historia y no podemos volver a contarla aquí. Era joven y bella, pero estaba triste.

Tenía una abundante cantidad de dinero, o al menos se lo parecía a ella misma. Daba la impresión de ser una de aquellas viajeras rusas tan bien conocidas en aquel tiempo por sus orgías sin límite. En vez de establecerse en algún sitio, se trasladaba sin parar, hasta que llegó a Roma. Esta ciudad la impresionó grandemente con su esplendor y su a...

Grushenka, Cap. XI

Grushenka atiende a las mujeres hasta que nuevamente tiene que huir

CAPÍTULO ONCE

Grushenka se quedó un poco abatida con este veredicto. Habría sido mejor si hubiera recibido una buena paliza y se quedara en la sección de hombres. En primer lugar a ella le gustaban los hombres, no las mujeres, en segundo lugar, Madame Brenna era bastante severa con sus chicas. Tenía a la mayoría de sus siervas trabajando para ella y sus espaldas, nalgas y muslos a menudo mostraban signos de malos tratos.

¿Qué haría Grushenka? ¿Marcharse?

¿Y luego qué?

Se dio por venc...

Grushenka, Cap. XII

Grushenka es vendida pero se las arregla para ser liberada

CAPÍTULO DOCE

La estancia con Marta fue breve. El poco dinero de Grushenka se había ido rápidamente. Grushenka no quería ser una carga para su amiga. Tenía que pensar en el futuro. Había averiguado por Marta que Madame Laura había tenido una vez un plan para disponer de ella, y resolvió probar de nuevo con Madame Laura. Sin hablarle a Marta de ello, se preparó un día a media mañana y pronto estuvo sentada en la oficina privada de Madame Laura.

Madame Laura perdió poco tiempo en regañarla por hab...

Grushenka, Cap. IX

Grushenka pasa apuros y sigue huyendo

CAPÍTULO NUEVE

La historia de Marta se podía contar muy brevemente. Es una historia similar a otras muchas. Había nacido fuera del matrimonio, de una madre que era hija de un granjero rico e independiente, su madre había sido sacada de la casa cuando estaba embarazada de la niña. A su tiempo, Marta había sido dada en servidumbre a una modista. Esta modista, Mademoiselle Laura Cameron, llevaba una tienda de modas de sombreros y vestidos, en una de las pocas vías elegantes de Moscú. Marta todavía no ten...

Grushenka, Cap. X

Grushenka busca trabajo

CAPÍTULO DIEZ

Grushenka se estiró en la cama de cuatro postes de Marta. Marta le había dado un beso de despedida y había salido para ir a trabajar, avisándole que estuviera al mediodía en el establecimiento de Madame Laura. Grushenka durmió y soñó despierta. Se levantó perezosamente y se puso el vestido de campesina, dejando su elegante vestido de viaje en el armario de Marta. Puso todo su dinero excepto un rublo en la repisa de la chimenea, dijo unas palabras de despedida a su amiga ausente y dejó la...

Grushenka, Cap. VII

Cambio de amo y de costumbres

CAPÍTULO SIETE

Leo Kyrilovich Sokolov, el sobrino, abandonó el palacio ebrio de felicidad. Él, el mísero teniente sin importancia, endeudado, sometido a la disciplina de su regimiento, escaso de todo lo que hace la vida maravillosa para un hombre joven, se había vuelto rico de repente. Sí, era independiente, el dueño de cien mil, tal vez un millón, de almas. ¿Cómo sabría cuántas? Desde luego su poder era solo temporal, solo durante el tiempo que su Tío Alexey estuviera en Europa Occidental. Pero, ¿qui...

Grushenka, Cap. VIII

Grushenka se fuga, y se enamora.

CAPÍTULO OCHO

Los cálidos días del verano se habían ido. Las hojas de los grandes robles y arces cambiaban del verde oscuro al amarillo, sobre el césped de la casa de campo de Sokolov. Se aproximaba el otoño y con él toda la familia volvería  a Moscú.

En ese momento hacía su aparición, cada año, Madame Sofía Shukov. Llegaba en su propio pequeño coche con dos caballos, seguida por un gran carruaje de alquiler, tirado por cuatro caballos sin nadie en su interior. Este carruaje se iba a llenar. Mad...