El club del derecho de pernada
Soy sumiso y cornudo, muy cornudo.
Hace unos días mi señora decidió reunir al servicio y nos convocó a la sala de estar. Sus dos doncellas (una chica y yo), acudimos al salón con incertidumbre pues cuando nos llamaban a las dos juntas es que algo trascendente va a ocurrir. He de advertir que yo soy un chico de 38 años, soltero, delgado y con unos grandes deseos de feminización y humillación, desde siempre, esa es la verdad. Cuando conocí a mi señora le conté mis fantasías y ella me tomó la palabra y se convirtió en mi ama. Nunca quiso...