Heridas sangrantes II
Juegos salvajes... El mundo arde en llamas y nadie puede salvarme excepto tu...
Para ser unos desconocidos se esmeró en componer un escenario atrayente.
Wicked Game
sonaba en su moderno reproductor y el dormitorio estaba iluminado por un sin fin de insinuantes velas. La luz de las frágiles llamas bailaba sobre su oscura piel y hacía brillar sus ojos.
Se acercó a mi procedente de la sala donde había dejado mi abrigo. Deslizó las manos por la espalda cogiendo las solapas de mi americana y tirando de ella para quitármela. Notaba su aliento en la piel del cuello. Se incli...